Encuesta electoral: cae el oficialismo en medio de un fuerte clima antigrieta

Se trata de un estudio nacional de Synopsis. La imagen de la gestión de Fernández combina un 58,6% de opiniones negativas y sólo el 30,1% de positivas. En abril la relación era + 64,3% y – 17,4%.

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Por Eduardo Paladini.- Después de largos meses de caída, noviembre fue un oasis estadístico para el presidente Alberto Fernández y el Frente de Todos. No sólo mejoró su imagen, sino que también hubo un leve repunte de los números de cara a las elecciones 2021. Pero el alivio resultó pasajero, en ambos sentidos, y en la primera encuesta electoral del año se advierte otra caída del oficialismo. Con una particularidad: la baja se da en medio de un fuerte clima antigrieta.

El estudio que revela este escenario, y que adelanta Clarín este domingo, es de Synopsis, una consultora creada en 2015. La firma, dirigida por el politólogo Lucas Romero hace un monitoreo mensual de variables políticas, económicas y sociales, y desde julio pasado también incorporó el panorama electoral. Las PASO están previstas para el segundo domingo de agosto.

Su último sondeo, de alcance nacional, incluyó un relevamiento de 1.393 casos, encuestados entre 8 y 10 de enero. Los resultados se presentan con +/- 2,7% de margen de error.

Con la pandemia por coronavirus y la crisis económica como telón de fondo, el contexto general no es bueno para el Gobierno. Aquella mejora mencionada de noviembre fue pasajera y diciembre y enero -al menos en los números de Synopsis– trajeron malas noticias para el oficialismo en términos de opinión pública.

La imagen de la gestión de Fernández combina hoy 58,6% de opiniones negativas y sólo 30,1% de positivas. En abril, el pico de popularidad del Presidente, la relación era + 64,3% y – 17,4%.

Las expectativas sobre la situación del país para dentro de un año también empeoraron: un 58,7% pronostica que se estará “peor”, contra un 27% que espera algo “mejor”.

También se profundizan las críticas sobre las medidas para combatir la pandemia. En este caso, el cambio de humor social es abrumador: se pasó de un techo de 78,3% a favor y 4,3% en contra a fines de marzo 2020, a – 58,3% y + 25% en enero 2021.

Algo similar ocurrió con la imagen del Presidente. En marzo 2020 tenía un balance positivo de 40 puntos (+ 59,1% y – 19,1%) y pasó a uno negativo en enero 2021 de – 23,6 (- 54,3% y + 30,7%).

Todas estas variables, claro, tuvieron su impacto en las cifras electorales, que la consultora viene midiendo con una pregunta básica: “Si hoy fueran las elecciones legislativas de 2021, ¿a qué fuerza política votaría? ¿Al oficialismo o a otra fuerza política?”.

Encuesta nacional de Synopsis. Relevó entre el 8 y 10 de enero el escenario electoral a nivel nacional.

En julio 2020, primer índice de ese termómetro, el oficialismo tenía 38,6%, contra 46,3% de “otra fuerza política” y el resto de indecisos. Si bien estaba por debajo, ese piso del Frente de Todos era más que interesante, pensando que los comicios legislativos suelen ganarse con unos 40 puntos o poco más y que la oposición seguramente se dispersaría en varias opciones.

Pero desde entonces -salvo en el mencionado noviembre- la curva de apoyo al Gobierno fue cayendo. Y en enero de este año tocó un piso de 31,2%, contra 58,5% de “otra fuerza política”. La brecha que en julio era de 7,7 puntos, creció ahora a 27,3%.

¿Ya puede ir celebrando Juntos por el Cambio, la principal alianza opositora? No, porque otra parte del estudio advierte sobre el hartazgo de la grieta en la sociedad. Y cuando se pregunta específicamente por las fuerzas políticas a las que votarían, gana “un espacio que no se identifique ni con Cristina ni con Macri”, con 43,6%.

Encuesta nacional de Synopsis. Relevó entre el 8 y 10 de enero el escenario electoral a nivel nacional.

Los polos de la polarización están relativamente parejos, arriba de los 20 puntos: “Un espacio identificado con Cristina” junta 22,5% y “un espacio identificado con Macri”, 26,5%. Completan los indecisos.

El politólogo Lucas Romero lo analiza así:

  • “No nos sorprendió que el comienzo de año sea un comienzo con deterioro de las expectativas. Habitualmente enero es un mes muy malo para las expectativas, porque la gente que tenía depositada mucha expectativa en el año anterior ve que eso no se cumplió, eso siempre tiende estacionalmente a deprimir las expectativas. Creo que en este caso golpea también el hecho que volvamos a tener el tema con el virus en la agenda, no porque haya desaparecido, pero noviembre y diciembre eran meses donde la cosa venía bajando, parecía que íbamos a tener un verano tranquilo y se nos vino la segunda ola encima”.
  • “Eso obviamente también pegó en las expectativas, eso castiga más que a la imagen del Gobierno, a la imagen de Alberto Fernández y creo que en ese contexto se explica el deterioro también en materia de apoyo electoral, esta tendencia que venimos viendo bajar en los últimos meses y que la estamos viendo en este registro de enero en los niveles más bajos”.
  • “De todos modos, hay que siempre tomar con pinzas estos números, siempre aclaro este punto, que es un punto no menor que requiere ser aclarado: estamos haciendo una pregunta a toda la población, incluso a aquellos que te dicen que no votaron y que posiblemente no voten en 2021, con lo cual el Gobierno pudiera estar un poquitito encima de ese nivel. De hecho si lo miramos por el lado de voto pasado y voto futuro, el nivel de desencantados en este estudio de enero nos crece a 22,4%, con lo cual si hacés un cálculo sobre eso el Gobierno podría estar sacando 36%, 37%, en relación a lo que había sido la elección de 2019″.
  • “Es decir, no es un escenario catastrófico para el Gobierno. Me parece que está pagando los costos de una situación económica que no se revierte del todo, de una situación sanitaria que terminó siendo un pasivo para el Gobierno y no un activo y una conjunción general de factores que generan un clima de mal humor social por toda la situación que se está viviendo y que obviamente repercute en la imagen de Gobierno”.
  • “Y la aclaración, que corroboramos en estudios anteriores, que ese 58% de tendencia de voto opositora cuando uno lo abre ahí ve de todo: voto izquierda, voto derecha, voto libertario, voto peronista, voto radical, voto del PRO. Ahí hay una cosa muy heterogénea, que se va a acomodar en función de la oferta: si la oferta está muy fragmentada todo eso probablemente se fragmente; pero si la oferta está relativamente unificada, habrá una oposición más competitiva y más potente”.

Fuente: https://www.clarin.com/

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