En la Corte de Justicia también hay internas y perdedores

Se trata del editorial del programa “Sábado 100” por radio El Espectador (FM 100,1) de Rafaela.

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Por Emilio Grande (h.).- Como ocurre en tantas instituciones de la Argentina con luchas de poder y no aceptar las derrotas, el ejemplo más reciente fue las PASO del 12 de setiembre pasado, en la Corte Suprema de Justicia de la Nación también hay internas y no admiten ser derrotados.

Recientemente, fueron elegidas las nuevas autoridades de la Corte para el período 2021-2024 y la nueva etapa será presidida por el santafesino Horacio Rosatti (asumió ayer) en reemplazo de Carlos Rosenkrantz, quien será el vicepresidente, luego de semanas de intrigas y discusiones entre los 5 miembros del tribunal. Luego de una Corte “presidencialista” de la era Lorenzetti se pasó a una “colegiada” en los últimos 3 años.

Rosatti cuenta con una amplia formación académica, fue convencional constituyente en la reforma constitucional nacional de 1994, intendente de la ciudad de Santa Fe por el partido justicialista, ministro de Justicia y Derechos Humanos de Néstor Kirchner a partir del 2004 y cuando dejó el cargo cuestionó los precios de una licitación para la construcción de cárceles.

El juez rafaelino Ricardo Lorenzetti intentó una jugada para impedir tal designación y aprobar la continuidad de Rosenkrantz, pero este último había comprometido su apoyo a Rosatti al igual que Juan Maqueda.

Con esos tres votos se resolvió la discusión, pero Lorenzetti y Elena Highton de Nolasco no participaron del acuerdo, dejando en evidencia la división interna del máximo tribunal.

A decir verdad, Lorenzetti aspiraba a volver a la presidencia, que ejerció durante casi 12 años, y su regreso era promovido por distintos actores políticos y empresariales, pero tuvo que resignarse porque no tenía los apoyos necesarios.

El día de la elección del cuerpo estuvo en nuestra ciudad y no se conectó al zoom, argumentando que se encontraba imposibilitado de asistir porque estaba participando de las reuniones de Unidroit, organización internacional con sede en Roma que trabaja por la armonización de las legislaciones de los países, y el rafaelino actúa en calidad de miembro del Governing Council. ¿Hubiera puesto la misma excusa si contaba con los votos suficientes para ser presidente?

En el caso de Highton pidió la postergación de la reunión por no estar presente Lorenzetti en el acuerdo extraordinario. Pero la ausencia de los citados no constituyó un impedimento legal para la celebración del acuerdo convocado.

En una explosiva carta a sus colegas, Lorenzetti criticó la forma en que se eligió a Rosatti, calificando su designación de “irregular” y dijo que es “poco ético” votarse a sí mismo, comparando este caso con el de Julio Nazareno, juez de la Corte que  iba por el tercer mandato consecutivo durante la presidencia de Carlos Menem. A aquellos jueces se los conocía como la mayoría automática. ¿No era también el voto a sí mismo lo que Lorenzetti le había propuesto a Rosenkrantz?

Lo que salta a la vista es que Lorenzetti no quería que el presidente fuera Rosatti porque dicen que hace muchos meses que no se hablan. Rosenkrantz no quería que el poder volviera a detentarlo el juez rafaelino porque desea una Corte con alternancia y una conducción moderna.

El colega Joaquín Morales Solá opinó en su columna de La Nación que “la nueva mayoría en la Corte (Rosatti, Rosenkrantz y Maqueda) está integrada por los jueces menos cuestionados o no cuestionados públicamente. Lorenzetti tenía influencia en los jueces federales de Comodoro Py”. De mi parte agrego que era o sigue siendo una práctica con los jueces locales, según fuentes confiables.

El flamante presidente de la Corte hizo las primeras declaraciones, expresando que “el juez que juega a ser político es mal político y el político que judicializa una decisión no debe quejarse”.

En este tribunal están varias apelaciones de Cristina Kirchner, siendo la más importante  la que se refiere a la causa de Vialidad por las monumentales obras públicas que recibió Lázaro Báez. Por este motivo, la actual vicepresidente está molesta con la elección de Rosatti.

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