El testimonio de San Cayetano

Se trata del editorial del programa «Sábado 100» por radio Sol Rafaela (FM 90,9) que conduce Emilio Grande (h.). En medio de la confusión general que existe hoy en la sociedad por la crisis institucional, política, económica y social, fue celebrada la fiesta de San Cayetano este 7 de agosto último, generando un movimiento religioso en nuestra ciudad y en distintos lugares del país, pidiendo por pan, paz y trabajo, y agradeciendo por tantos favores recibidos. San Cayetano fue un instrumento que Dios utilizó para evangelizar en el siglo XVI en Europa. Murió el 7 de agosto de 1547 en Nápoles. Sirvió a los pobres y enfermos de la ciudad, y atendió a los pacientes más repugnantes del hospital de incurables, pero sobre todo se preocupaba por el bien espiritual de los miembros de la congregación: “En el oratorio rendimos a Dios el homenaje de la adoración; en el hospital lo encontramos personalmente”, repitió más de una vez. A lo largo de la fiesta del santo del pan y del trabajo fueron celebradas cinco misas en nuestra ciudad, incluida la procesión durante la tarde, en el templo parroquial de San Cayetano del barrio Amancay. En la última misa del día y ante una multitud de fieles, el obispo diocesano Luis Fernández expresó: «Qué alegría poder celebrar esta fiesta de San Cayetano. Lo lindo es lo que ustedes traen en el corazón, ese querer pedir, acompañar, acercarse a tocar, recibir a Dios. Tener esa experiencia no solamente del santo sino del santo laburando; él está para ayudar, consolar, para dar una mano y servir. Eso es lo que nos enseña la vida de santidad». Por su parte, el arzobispo de Buenos Aires y cardenal Mario Poli señaló durante la homilía que entre las motivaciones que mueven los corazones de los peregrinos que se acercan a Liniers, se destacan los agradecimientos por los «dones recibidos». Y muchos también acuden a pedir: «Pero como siempre hay necesidad, decía el cura Brochero, no nos van a sacar esta bendita costumbre de pedigüeños». Y prometió a los miles de personas que se agolpaban frente al templo o lo escuchaban por los medios de comunicación: «San Cayetano nunca te va a dejar de escuchar». Se trata de un santo muy arraigado en las costumbres religiosas del pueblo argentino desde hace muchísimos años que convoca a multitudes de todos los niveles sociales para agradecer y pedir al santo italiano por una vida digna para tener siempre en nuestras mesas pan, trabajo y salud. Quiere decir que a pesar los problemas mundanos y temporales, anida en el corazón de la gente una mirada de fe y esperanza sobre la vida en plenitud, esa que solamente Dios es capaz de brindar, obrando en medio de las dificultades y problemas…

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *