El sentido del tiempo litúrgico de la Cuaresma

Se trata del editorial del programa “Sábado 100” por radio El Espectador (FM 100,1) de Rafaela. Jesús sigue siendo crucificado frente a tantos pecados mundanos, que afectan a millones de personas.

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Por Emilio Grande (h.).- Luego del fin de semana del carnaval, con el tradicional “miércoles de ceniza” se inició la Cuaresma, el momento más importante del año litúrgico de la Iglesia Católica, en el que los cristianos celebrarán la pasión, muerte y resurrección de Jesús.

El “miércoles de ceniza” es una de las tradiciones más sagradas del catolicismo, remontándose a la Iglesia primitiva. En aquel entonces las personas se colocaban ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad con un “hábito penitencial” para recibir el sacramento de la reconciliación el Jueves Santo.

La Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos casi 400 años después de Cristo y a partir del siglo XI la Iglesia en Roma impone las cenizas al inicio de este tiempo.

Su función está descripta en un importante documento de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. En el artículo 125 establece el “Directorio sobre piedad popular y la liturgia”, expresando que “el comienzo de los 40 días de penitencia, en el Rito romano, se caracteriza por el austero símbolo de las cenizas, que distingue la liturgia del miércoles de ceniza. Propio de los antiguos ritos con los que los pecadores convertidos se sometían a la penitencia canónica, el gesto de cubrirse con ceniza tiene el sentido de reconocer la propia fragilidad y mortalidad, que necesita ser redimida por la misericordia de Dios”.

Se trata de vivir cuarenta días que marcan el tiempo de la Cuaresma, justamente de preparación y revisión de nuestras vidas para buscar un cambio interior sobre aquellas prácticas oscuras y en tinieblas.

El obispo diocesano Pedro Torres envió el primer mensaje cuaresmal titulado “Miremos a Jesús traspasado por amor”, con una propuesta para vivir la Cuaresma 2023, publicado en la página www.sabado100.com.ar Presidió el “miércoles de ceniza” en la Catedral San Rafael, invitando “a mirar a Jesús y dejar que él nos ame, porque hay muchas angustias, muchos miedos, muchas culpas, que nos frenan, no nos dejan ser felices, Jesús quiere sanarlas, ha derramado su sangre por eso, nos ha amado hasta el extremo”. 

Nuevamente se realizará el gesto solidario de Cuaresma a lo largo y ancho de la diócesis de Rafaela a través de 36 parroquias ubicadas en los departamentos Castellanos, San Cristóbal y 9 de Julio. Se puede utilizar sobres y alcancías de colectas anteriores y el Jueves Santo llevar a misa el fruto de nuestras privaciones.

El equipo de Cáritas Diocesana expresó: “Es la oportunidad que tenemos de experimentar la alegría de caminar junto a nuestros hermanos más necesitados, manifestando expresiones que lleven luz y esperanza desde las comunidades parroquiales, enriquecidas con nuestros dones y privaciones. Cristo también lo hace a nuestro lado para gloriarnos con su vida. Animemos este gesto con la certeza de que este camino nos lleva a la resurrección, a la esperanza de la pascua, a aportar de lo nuestro para que otros se enriquezcan desde el amor”.

En su mensaje cuaresmal “Ascesis cuaresmal, un camino sinodal”, el papa Francisco señala: “El camino ascético cuaresmal, al igual que el sinodal, tiene como meta una transfiguración personal y eclesial. Una transformación que, en ambos casos, halla su modelo en la de Jesús y se realiza mediante la gracia de su misterio pascual. Para que esta transfiguración pueda realizarse en nosotros este año, quisiera proponer dos “caminos” a seguir para ascender junto a Jesús y llegar con Él a la meta”.

Finalmente, Jesús sigue siendo crucificado frente a tantos pecados mundanos, que afectan a millones de personas: la invasión de la Rusia de Putin a Ucrania con miles de muertes y migraciones, el autoritarismo de Ortega en Nicaragua con la persecución y encarcelamiento de obispos y sacerdotes, la Argentina con la legalización de aborto (también en otros países) y casi la mitad de la población sumida en la pobreza y sin horizontes claros para el futuro, el dominio de un grupo de países ricos frente a la mayoría de sus pares más empobrecidos, el materialismo egoísta para tener poder y riquezas a cualquier precio frente a los más vulnerables que son descartados en distintos ambientes sociales.

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