“El secundario sufre una crisis de identidad”

El ministro de Educación Daniel Filmus, el rector de la UBA Guillermo Jaim Etcheverry y la doctora en educación Silvina Gvirtz debatieron sobre las dificultades de la enseñanza media en el ciclo “Cara a cara con los intelectuales”, en el marco de la 32° Feria Internacional del Libro.

Por Laura Casanovas

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Cómo remontar la decadencia del secundario fue la consigna por pensar en la tercera jornada del ciclo “Cara a cara con los intelectuales”, que organizan en la Feria La Nación y Zurich, para lo cual se convocó a dos figuras de trayectoria intelectual, académica y política como el ministro de Educación de la Nación, Daniel Filmus, y el rector de la Universidad de Buenos Aires, Guillermo Jaim Etcheverry. A ellos se sumó la directora de Educación de la Universidad de San Andrés, Silvina Gvirtz. El editor de la sección Cultura de La Nación, Mariano de Vedia, coordinó el diálogo que siguió con atención un público de distintas edades. Ninguno de los panelistas puso en duda la consigna del encuentro: la escuela media está en crisis. De hecho, el ministro Filmus diagnosticó: “El secundario sufre una crisis de identidad”. Al diagnóstico, compartido por los restantes panelistas, siguieron las propuestas de solución. Abrió el diálogo la doctora Gvirtz con un análisis del nivel medio en torno a la relación entre el fracaso en la escuela media y la pobreza; la tasa de sobreedad, que es del 35,5%, y la de deserción, del 30%. Y señaló: “El fracaso escolar es un problema multicausal asociado a una situación socioeconómica, y por eso se necesitan políticas que vayan más allá del sistema educativo”. La investigadora indicó que un joven con necesidades básicas insatisfechas tiene un 70% más de probabilidades de desertar que uno que tiene sus necesidades satisfechas. Sin embargo, precisó dos puntos que pertenecen al sistema educativo: la situación de los docentes del nivel medio, de los cuales el 50% no tiene título docente, y, por otro lado, la configuración histórica del nivel medio, que a mediados del siglo pasado se masificó y tiene entonces que dar nuevas respuestas. Y consideró una serie de puntos para mejorar la situación: la revisión de la estructura organizativa sobre la distribución del saber; el establecimiento de la figura del profesor tutor; una planificación más rigurosa en las escuelas con metas de rendimiento interno; que el Estado garantice la obligatoriedad del polimodal, y la mejora de las condiciones materiales. Por último, destacó la ley de financiamiento educativo como una oportunidad de revisar estas cuestiones y celebró la política de becas del ministerio. Por su parte, Jaim Etcheverry volvió a afirmar que es en el nivel medio donde están los mayores problemas educativos y que “ha caído en una indefinición sobre sus objetivos y finalidades”. Y se preguntó por qué incluso no hay buenos resultados en los lugares donde las condiciones están dadas para que los haya. “Sostengo que la sociedad argentina tiene un interés relativo por la educación y el conocimiento. La competencia académica no es un objetivo central”, dijo el rector de la UBA. Jaim Etcheverry señaló que hoy la escuela intenta hacer muchas cosas a la vez y que habría que fijar “objetivos más modestos pero más realistas”. Una y otra vez, el rector se refirió a la importancia de enfatizar el conocimiento como valor y a la necesidad “acompañar a los jóvenes en esta tarea vinculada con volver al rigor intelectual, al cultivo de la razón que se adquiere con trabajo y esfuerzo”. Asimismo, destacó el esfuerzo que hizo el Ministerio de Educación para volver a esos principios fundamentales, como alentar el regreso a la lectura. A su vez, destacó la importancia de revalorizar el papel docente. Sobre el cierre de la exposición, y respondiendo a una pregunta acerca de si deberían trabajarse en la escuela conflictos políticos y sociales, como el que atraviesa la UBA, además de llevar al aula los partidos del Mundial, Jaim Etcheverry dijo, no sin ironía: “Se puede vincular fácilmente el tema del Mundial en las aulas y el conflicto de la UBA porque todo se reduce al problema de las barras bravas”. Por su parte, sobre ese mismo tema, el ministro Filmus dijo: “Ninguna de las dos cosas es lejana a la escuela. El conflicto de la UBA puede tratarse como un ejemplo o un mal ejemplo de cómo un pequeño grupo puede desvirtuar el trabajo y los esfuerzos de los docentes y estudiantes de la comunidad universitaria”. Filmus también destacó que lo que está en crisis es la función de la escuela media y coincidió con Jaim Etcheverry en la necesidad de revitalizar la cultura del esfuerzo, perdida, según su apreciación, por “la implementación de políticas que decidieron que el esfuerzo no era importante”. “Como ministro -continuó Filmus- considero que la primera tarea del Gobierno es volver a discutir la estructura de la escuela media, que es lo que vamos a hacer ahora, con el debate que se ha abierto acerca de la nueva ley de educación.”

Laura Casanovas

Fuente: diario La Nación, Buenos Aires, 4 de mayo de 2006.

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