El obispo Torres preside una misa en la capilla del Hospital

Será este viernes a las 19:30 por los enfermos y personal en honor a la Virgen de Lourdes y en el marco de la Jornada Mundial del Enfermo.

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Por Emilio Grande (h.).- Este viernes 10 de febrero a las 19:30 horas se rezará una misa en la capilla del Hospital por los enfermos y personal en honor a la Virgen de Lourdes, presidida por el obispo diocesano Pedro Torres, según informó el grupo “Amigos de la capilla del Hospital Santa María Magdalena”.

Por este motivo, se suspende la misa prevista en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús y los interesados pueden llevar anotado en un papel las intenciones para rezar especialmente.

En este contexto, el sábado 11 de febrero se celebra la XXXI Jornada Mundial del Enfermo en la que el papa Francisco dijo “las personas enfermas están en el centro del pueblo de Dios”.

Bajo el título “«Cuida de él». La compasión como ejercicio sinodal de sanación”, Bergoglio expresa en su mensaje: “La enfermedad forma parte de nuestra experiencia humana. Pero, si se vive en el aislamiento y en el abandono, si no va acompañada del cuidado y de la compasión, puede llegar a ser inhumana. Cuando caminamos juntos, es normal que alguien se sienta mal, que tenga que detenerse debido al cansancio o por algún contratiempo. Es ahí, en esos momentos, cuando podemos ver cómo estamos caminando: si realmente caminamos juntos, o si vamos por el mismo camino, pero cada uno lo hace por su cuenta, velando por sus propios intereses y dejando que los demás «se las arreglen». Por eso, en esta XXXI Jornada Mundial del Enfermo, en pleno camino sinodal, los invito a reflexionar sobre el hecho de que, es precisamente a través de la experiencia de la fragilidad y de la enfermedad, como podemos aprender a caminar juntos según el estilo de Dios, que es cercanía, compasión y ternura”.

Y agrega: “Hermanos, nunca estamos preparados para la enfermedad. Y ni siquiera para admitir el avance de la edad. Tenemos miedo a la vulnerabilidad y la cultura omnipresente del mercado nos empuja a negarla. No hay lugar para la fragilidad. Y el mal, cuando irrumpe y nos asalta, nos deja aturdidos. Puede suceder que los demás nos abandonen, o que nos parezca que debemos abandonarlos, para no ser una carga para ellos. Así comienza la soledad, y nos envenena el sentimiento amargo de una injusticia, por el que incluso el Cielo parece cerrarse. De hecho, nos cuesta permanecer en paz con Dios, cuando se arruina nuestra relación con los demás y con nosotros mismos. Por eso es tan importante que toda la Iglesia, también en lo que se refiere a la enfermedad, se confronte con el ejemplo evangélico del buen samaritano, para llegar a convertirse en un auténtico «hospital de campaña». Su misión, sobre todo en las circunstancias históricas que atravesamos, se expresa, de hecho, en el ejercicio del cuidado. Todos somos frágiles y vulnerables; todos necesitamos esa atención compasiva, que sabe detenerse, acercarse, curar y levantar. La situación de los enfermos es, por tanto, una llamada que interrumpe la indiferencia y frena el paso de quienes avanzan como si no tuvieran hermanas y hermanos”.

“El 11 de febrero de 2023 miremos también al santuario de Lourdes como una profecía, una lección que se encomienda a la Iglesia en el corazón de la modernidad. No vale solamente lo que funciona, ni cuentan solamente los que producen. Las personas enfermas están en el centro del pueblo de Dios, que avanza con ellos como profecía de una humanidad en la que todos son valiosos y nadie debe ser descartado”, dice en otro parte del mensaje.

El 11 de febrero se celebra en la Iglesia Católica universal el día de la Virgen de Lourdes, en conmemoración de la primera aparición de la Madre de Dios a la joven francesa Bernadette Soubirous en 1858, en la cual María se presentó como “la Inmaculada Concepción”. Posteriormente siguió manifestándose durante 18 encuentros más.

Nuestra Señora de Lourdes tiene una tradición arraigada de milagros atribuidos a su intercesión de sanaciones de problemas de salud y en favor de personas desahuciadas, por lo que es la patrona de los enfermos.

En las sucesivas apariciones a Bernardita, la Virgen le pidió penitencia, oración por los pecadores y rezó el rosario con ella además de expresarle su deseo de que en la gruta se erigiera una capilla, donde actualmente se encuentra el famoso santuario de Lourdes.

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