El obispo que desafió a Hitler sería beatificado

En Roma el 9 de octubre. Se trata del cardenal August von Galen.

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ROMA, domingo, 17 julio 2005 (ZENIT.org).- El cardenal August von Galen, entre quienes se atrevieron a desafiar a Hitler, debería ser beatificado el 9 de octubre, según afirma la página web de la diócesis de Münster (www.bistumsjubilaeum2005.de). Sería el primer alemán beatificado en el pontificado de Benedicto XVI. La página web de la Santa Sede anuncia como «próximas beatificaciones las de los siervos de Dios que debería haber beatificado Juan Pablo II el 24 de abril pasado: María de los Ángeles Ginard Martí (1894-1936), Léon Dehon (1843-1925), Rita Amada De Jesús (1848-1913), Maria Crocifissa Curcio (1877-1957), Eurosia Fabris (1866-1932)». A estos nombres hay que añadir los de Charles de Foucauld (que podría ser beatificado el 13 de noviembre ) y el de August von Galen. Benedicto XVI anunciaba el 29 de junio para «este año» esta última beatificación, en una carta dirigida al obispo de Münster, monseñor Reinhard Lettmann, con motivo del jubileo de la diócesis, que celebra los mil doscientos años de su fundación. La diócesis anuncia esta beatificación en Roma, en la basílica de San Pedro del Vaticano, el 9 de octubre próximo, con un decreto del Papa que será leído durante la celebración, presidida por el cardenal José Saraiva Martins, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. La beatificación tiene lugar gracias al reconocimiento de un milagro atribuido a su intercesión, en diciembre 2004. Clemens August von Galen (1878-1946), siendo obispo de Münster durante el período nazi, alzó su voz en defensa de los derechos de los pobres, de los enfermos, protestando con fuerza contra la eutanasia, contra el secuestro de monasterios y conventos y contra la persecución de judíos o la expulsión de religiosos. Para no crear sublevaciones a causa de las denuncias contra la eutanasia pronunciadas por el obispo, Hitler dictó el 3 de agosto de 1941 una orden para bloquear oficialmente la ejecución del programa de eutanasia. Éste ya no se reanudó a gran escala, aunque se siguió practicando la eutanasia en situaciones particulares y más bien ocultas. Pío XII, según se ha sabido por el proceso de beatificación, leía sus homilías y le presentó como un «héroe» a sacerdotes alemanes de Westfalia.

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