El mejor regalo: garantizar los derechos del niño

Los niños también tienen derechos!

Por Luciana Mazzei.- Hace unos días celebrábamos el Día del niño y en esa oportunidad escribí sobre la Declaración de los derechos del niño, y porque es responsabilidad de los adultos garantizar el cumplimiento de los mismos. Hoy les acerco un breve análisis de

En 1989, entró en vigor la Convención sobre los Derechos del Niño y dos protocolos para su desarrollo. La Declaración de los Derechos de los Niños garantiza aspectos fundamentales de la vida de los menores. La Convención recoge 10 derechos básicos de los niños que deben cumplirse en todo el mundo. El principio que rige estos derechos es el bien superior del niño en toda circunstancia.

Los derechos son: a la igualdad, a protección especial, a un nombre y una nacionalidad desde su nacimiento, a alimentación, vivienda y atención médica adecuadas, a educación y tratamiento especial para aquellos niños que sufren alguna discapacidad, a la comprensión y al amor de los padres y de la sociedad, a actividades recreativas y a una educación gratuita, a estar entre los primeros en recibir ayuda en cualquier circunstancia que ponga en peligro su integridad, a protección contra cualquier forma de abandono, crueldad y explotación, a ser criado con un espíritu de comprensión, tolerancia, amistad entre los pueblos y hermandad universal. Un único párrafo porque se refiere al mismo tema.

Considero que el más importante es el amor, porque desde allí se desprenden los demás de manera natural. Cuando hay amor se busca el bien del amado en todas sus dimensiones y por amor se realizan acciones tendientes a lograr su felicidad.

Las personas somos seres tridimensionales: cuerpo, mente y espíritu; lo que ocurre en el cuerpo repercute en el espíritu y en la mente, y así ocurre con las otras dos dimensiones. Somos seres naturales, pero también culturales y sociales. Nacemos absolutamente dependientes para vivir en el mundo, necesitamos protección, cuidados, alimentos y educación para desarrollarnos en sociedad.

Toda acción que tenga como objetivo la educación de la persona debe promover el desarrollo armónico de todas las dimensiones humanas. Naturalmente es la familia la depositaria de esta responsabilidad, por tratarse del primer ámbito de socialización humano. Pero la familia sola no puede; para complementar y ayudar en esta tarea, es necesario que los gobiernos y los diferentes actores sociales la acompañen en la formación y cuidado de los niños.

La autora es orientadora familiar, correo: luchimazzei@hotmail.com

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