El Gobierno de Kirchner impulsa la nueva ética internacional

A instancias del oficialismo la Convención sobre Diversidad Cultural podría obtener aprobación definitiva esta semana en la Cámara de Diputados de la Nación. El actual gobierno es despótico ad intra y servil ad extra.

Por Mónica del Río

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La Convención sobre la protección y promoción de la diversidad de las expresiones culturales, de la Organización de la Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), es otro instrumento jurídico que coopera en el plan de reingeniería social anticristiana que lleva adelante el Nuevo Orden Mundial. Son muchos los organismos internacionales que a través de los órganos que monitorean el cumplimiento de los tratados internacionales en los Estados parte, le toman examen a Argentina en distintas materias. Sobre “diversidad cultural” nos examinaría cada cuatro años la UNESCO.

El Senado aprobó esta Convención internacional en contados minutos y a mano alzada el pasado 27 de junio y lo giró a Diputados (CD-0102/07). En esa oportunidad hubo un sólo discurso el de la senadora oficialista Marita Perceval (FpV, Mendoza) que actuó como miembro informante. Llega ahora el turno de la cámara baja, al igual que ocurrió en el Senado el oficialismo pidió la preferencia que ha sido otorgada para la próxima sesión.

Para la UNESCO la cultura abarca -además de las artes y las letras- “los modos de vida, las maneras de vivir juntos, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias”. Las identidades culturales son “plurales, variadas y dinámicas”. Así como el concepto de “familias” (diversas formas de “familias”) destruye por sustitución a la familia; el de “diversidades culturales” ataca de plano la cosmovisión cristiana. (Vid Notivida 453).

La preferencia para tratar la Convención fue acordada durante la última sesión de Diputados, se le asignó al expediente 3126/2006 de Norma Morandini (Partido Nuevo, Cba.) y Jorge Coscia (FpV, Cap.Fed.).

Fuente: Notivida, año VI, nº 459, 29 de julio de 2007.

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