El Episcopado traza el camino hacia un “Pacto educativo argentino”

La Comisión de Educación propone un encuentro amplio sobre la prioridad de la educación y delinea un cronograma que va de octubre de 2022 a mayo de 2023 con propuesta para los candidatos.

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La Comisión Episcopal de Educación ratificó que la educación debe ser prioridad en la actual coyuntura sociopolítica del país, por lo que delineó un proyecto para caminar hacia un “Pacto Educativo Argentino” en sintonía con el pedido del papa Francisco en este sentido.

“Proponemos un encuentro amplio, en un espacio donde podamos reunirnos todos los que valoramos a la educación como prioridad nacional: los que creemos en la escucha, el  diálogo y el respeto por las experiencias compartidas, que superen barreras, prejuicios y grietas para dar lugar a las ideas y al pensamiento creativo; los que sostenemos que la obra educativa merece el mejor de los esfuerzos para encontrar caminos de consenso y compromiso; los que apostamos a la esperanza de consolidar nuevos caminos de cultura, ciencia, verdad, bondad y belleza”, subrayaron los obispos que integran del organismo episcopal.

“Nuestra Nación cultivó estos saberes en su historia y conforman una base sólida para pensar e imaginarnos un nuevo tiempo promisorio, para quienes compartimos los ideales y sueños de San Martín y Belgrano”, fundamentaron.

Tras indicar que los motiva “el lanzamiento del Pacto Educativo Global, que el papa Francisco, como educador, ha dado a conocer en septiembre de 2019”, recuerdan que en esa oportunidad el pontífice animaba a “unir los esfuerzos por una alianza educativa amplia para formar personas maduras, capaces de superar fragmentaciones y contraposiciones y reconstruir el tejido de las relaciones por una humanidad más fraterna”.

Los prelados de la comisión episcopal reconocieron que “si bien es una mirada sobre la realidad mundial de la educación, en sus reflexiones nos vemos reflejados en gran parte de su diagnóstico, al mismo tiempo que nos sumamos a su deseo de que la educación no deje de ser un bien para todos, especialmente para las grandes multitudes en el mundo que hoy están excluidas de este derecho vital”. 

“Nos entusiasma la idea de emprender un camino juntos, donde la amistad social dé lugar a ‘la acción propositiva y confiada; abra la educación hacia una planificación a largo plazo, que no se detenga en lo estático de las condiciones. De este modo, tendremos personas abiertas, responsables, disponibles para encontrar el tiempo para la escucha, el diálogo y la reflexión, y capaces de construir un tejido de relaciones con las familias, entre las generaciones y con las diversas expresiones de la sociedad civil, de modo que se componga un nuevo humanismo’”, subrayaron

“Nos anima la esperanza de alcanzar consensos que abran de par en par las puertas de la escuela y sus posibilidades, sin excluir a nadie”, agregaron, y concluyeron: “Desde este espacio queremos acercarnos a todos los rincones de la Argentina federal, para escuchar las voces de sus protagonistas en materia educativa y compartir los desafíos de las jurisdicciones provinciales”.

La Comisión Episcopal de Educación detalló un eventual cronograma a seguir a partir de círculos de discusión de diversos sectores, reflexión por áreas temáticas, propuestas a los candidatos a las elecciones de 2023 y la redacción de un documento conclusivo.

La Comisión Episcopal de Educación es presidida por el cardenal Mario Aurelio Poli (Buenos Aires) y sus miembros son los obispos Ignacio Damián Medina (auxiliar de Lomas de Zamora), Juan Rubén Martínez (Posadas), Jorge Esteban González (auxiliar de La Plata), Nicolás Baisi (Puerto Iguazú) y Marcelo Julián Margni (Avellaneda-Lanús). El secretario ejecutivo es el presbítero Juan Manuel Ribeiro.

Hacia un Pacto Educativo Argentino
Nos conmueve saber que en este último tiempo, decenas de miles de argentinos –niños, niñas, adolescentes y jóvenes, junto a residentes de países vecinos que conviven en la comunidad nacional–, han padecido la marginación y la exclusión al derecho de ser educados . Ante esta catástrofe educativa, no podemos permanecer indiferentes al dolor de las familias más humildes, que ven pasar el tiempo en que sus hijos debieran ser escolarizados, sin posibilidad de remediar una realidad que podría resultar evitable, tan solo si retomamos los reconocidos logros de la educación pública de los dos siglos que nos precedieron –conocimiento humanístico, científico, cultural, ético–, que ahora nos presentan el desafío de una renovación creativa para las nuevas generaciones del presente y del futuro.

Hay quienes pueden pensar que ocuparnos de la educación en la Argentina no está en la línea de prioridades, sobre todo si consideramos la coyuntura sociopolítica que vivimos en estos días, la que debe enfrentar urgentes demandas en varios frentes –quizá la más importante es el angustiante número de pobres e indigentes–. No obstante, consideramos que los tiempos para revertir urgencias no son los mismos a los de la educación, cuanto más si escuchamos autorizadas voces del medio docente y académico, quienes han augurado que si comenzamos hoy, los frutos pueden esperarse dentro de 10 o 15 años. En los procesos educativos, la persona del educando debe ocupar el centro, y por eso no son comparables a los tiempos de la economía, la agricultura o la industria; exigen perseverancia, creatividad y una continua atención a cada individuo: es un oficio artesanal que dignifica al espíritu humano, donde la pasión y la alegría que causa la transmisión de saberes y la siembra cultural, no pueden estar ausentes. 

Es necesario que de una buena vez, los argentinos abordemos con previsión y seriedad los temas importantes, pensemos en soluciones integrales, con una mirada amplia, por encima de las contingencias, sin dejar de atender simultáneamente las urgencias sociales que comprometen la vida de millones de hermanos: la alimentación, la salud, el trabajo, la casa.

No podemos atribuir a la pandemia esta tragedia educativa que estamos atravesando, ni tampoco a los crueles índices de pobreza que conocemos, cuando todos intuimos que hay algo estructural en el sistema educativo argentino que causa una injusta desigualdad.

Es por eso que desde la Comisión de Educación de la Conferencia Episcopal Argentina proponemos un encuentro amplio, en un espacio donde podamos reunirnos todos los que valoramos a la educación como prioridad nacional: los que creemos en la escucha, el  diálogo y el respeto por las experiencias compartidas, que superen barreras, prejuicios y grietas para dar lugar a las ideas y al pensamiento creativo; los que sostenemos que la obra educativa merece el mejor de los esfuerzos para encontrar caminos de consenso y compromiso; los que apostamos a la esperanza de consolidar nuevos caminos de cultura, ciencia, verdad, bondad y belleza. Nuestra Nación cultivó estos saberes en su historia y conforman una base sólida para pensar e imaginarnos un nuevo tiempo promisorio, para quienes compartimos los ideales y sueños de San Martín y Belgrano.

Nos motiva el lanzamiento del Pacto Educativo Global, que el Papa Francisco, como educador, ha dado a conocer en septiembre de 2019. Ahí nos animaba a «unir los esfuerzos por una alianza educativa amplia para formar personas maduras, capaces de superar fragmentaciones y contraposiciones y reconstruir el tejido de las relaciones por una humanidad más fraterna». Si bien es una mirada sobre la realidad mundial de la educación, en sus reflexiones nos vemos reflejados en gran parte de su diagnóstico, al mismo tiempo que nos sumamos a su deseo de que la educación no deje de ser un bien para todos, especialmente para las grandes multitudes en el mundo que hoy están excluidas de este derecho vital. 

Nos entusiasma la idea de emprender un camino juntos, donde la amistad social dé lugar a «la acción propositiva y confiada; abra la educación hacia una planificación a largo plazo, que no se detenga en lo estático de las condiciones. De este modo, tendremos personas abiertas, responsables, disponibles para encontrar el tiempo para la escucha, el diálogo y la reflexión, y capaces de construir un tejido de relaciones con las familias, entre las generaciones y con las diversas expresiones de la sociedad civil, de modo que se componga un nuevo humanismo» . Nos anima la esperanza de alcanzar consensos que abran de par en par las puertas de la escuela y sus posibilidades, sin excluir a nadie.

Desde este espacio queremos acercarnos a todos los rincones de la Argentina Federal, para escuchar las voces de sus protagonistas en materia educativa y compartir los desafíos de las jurisdicciones provinciales.

Propuesta de trabajo
Para la realización del diálogo se generarán círculos de discusión reuniendo a distintos actores, a saber: maestros de aula –inicial y primario-, profesores del nivel secundario; ministros de educación y funcionarios del área educativa; exfuncionarios; diputados y senadores de las comisiones de educación; representantes del ámbito académico, de los trabajadores, de empresarios, de organizaciones de la sociedad civil,  de otras confesiones religiosas, de instituciones educativas tanto de la gestión estatal como privada –confesionales y no confesionales–.

Entre octubre del 2022 y mayo del 2023, una vez al mes, a partir de testimonios concretos de la realidad de las comunidades educativas de todo el país, reflexionaremos sobre las áreas temáticas prioritarias, una por vez.

De la reflexión surgirán las propuestas que serán presentadas a funcionarios y representantes de todo el arco político y en particular a los candidatos a ocupar la primera magistratura en 2023 –poderes ejecutivo y legislativo–, como un aporte al compromiso de llevar adelante las políticas públicas para la mejora del Sistema Educativo de la Argentina. 

La propuesta de los encuentros, que no necesariamente suponen ser presenciales, se consolidará en un diálogo abierto no pautado, lo que significa que solo se presentará un testimonio motivador que introducirá el tema desde las escuelas, abriéndose a debate la situación presentada para encontrar posibles soluciones al problema. Los distintos círculos podrán dar sus aportes, los que serán dirigidos a la secretaría del Pacto Educativo Argentino, encargada de ordenar y elaborar las intervenciones en un documento de trabajo que será puesto a discusión en una segunda instancia (marzo-mayo 2023). Por último, sería conveniente redactar un documento final que exprese en forma fidedigna lo expuesto y compartido.

Más información en www.episcopado.org y redes sociales.

Fuente: https://aica.org/

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