El empedrado como patrimonio histórico

Se trata del editorial del programa “Sábado 100” por Mitre Rafaela (FM 91,9) que conduce Emilio Grande (h.). El escritor Mempo Giardinelli había opinado en el 2000 que “pavimentar las calles de adoquinado es un crimen. No hay otra cosa tan importante que conserve y represente más y mejor la historia de un pueblo que sus adoquines”.

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Hace unos días el Concejo Municipal decidió mayoritariamente (7 votos contra 1) que el empedrado de la ciudad se conserve en su totalidad, al incluirlo en la lista de bienes protegidos de Rafaela. Rodolfo Enrico fue el encargado de justificar este proyecto elevado desde la Comisión de Patrimonio Urbano. El médico reconoció que este tema dividió y divide las aguas entre los rafaelinos: recuperar el pavimento o tapar con asfalto a las piedras. Y se preguntó cuánto pesa la historia en el consciente colectivo y si el pavimento mejora o no el tránsito de la ciudad. “En ningún lado del mundo se discute la preservación del adoquinado. Nada más barato que el empedrado recuperado. Podemos verlo en la cercana San Francisco o en las lejanas Praga, Verona o Madrid. Parece que hay algunos que piensan más con los amortiguadores que con el corazón”, señaló apuntando directamente a Víctor Fardín, quien fue el único edil que votó en contra. Si hacemos un poco de historia, el 20 de agosto de 1927 se iniciaron las obras en Rafaela. Es un elemento constitutivo del entramado urbano En últimos años se vienen haciendo reparaciones parciales y en otros casos totales, habiéndose cambiado el sistema por uno de similares características al que se emplea en la Roma milenaria. El problema es la lentitud de la obra que se lleva adelante porque es un trabajo artesanal y para acelerar el trabajo (unas 163 cuadras faltan arreglar sobre 220) deberían agregarse más cuadrillas de personal. De ser así, ¿qué fondos se destinarían? Actualmente hay un porcentaje de la tasa municipal. Cuando se colocaron estas piedras de granitullo -vinieron en barco desde países europeos como balasto- hace 82 años sobre bulevar Lehmann del lado oeste no había en aquella época el transporte automotor actual. Sin embargo, después de ocho décadas fue más resistente que las calles con asfalto o pavimento. Uno es consciente del mal estado de varias calles por la falta de mantenimiento que produce roturas en los autos y motos, pero los automovilistas circulan más despacio en esas arterias a diferencia de bulevar Lehmann que fue reparada el 100% y es la calle con más accidentes por el exceso de velocidad. Mientras muchos quisieran taparlo en su totalidad, hay visitantes a la Perla del Oeste que destacan su presencia. El escritor Mempo Giardinelli en una entrevista con este cronista publicada el 17 de octubre de 2000 en el diario La Opinión había opinado que “pavimentar las calles de adoquinado es un crimen. No hay otra cosa tan importante que conserve y represente más y mejor la historia de un pueblo que sus adoquines”.

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