El clásico rafaelino

Una mirada a las cosas nuestras, desde el deporte a la producción, desde los eventos hasta la educación.

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Por Guillermo Briggiler.- Podríamos estar refiriéndonos a las 500 Millas, o al paseo por el centro centro el sábado a la tardecita o el domingo a siesta. Por supuesto que si de clásicos hablamos, se nos viene a la mente el partido de fútbol de mañana entre los dos clubes locales de mayor rivalidad histórica, que se enfrentarán en el marco de la interesantísima Copa Santa Fe. También soñamos con el chori en el partido de liga, las tortafritas de los torneos de fútbol infantil, o los ricos alfajores rafaelinos, ahora no tan fáciles de conseguir.
Pero seguro que por clásicos de la ciudad se piensa en nuestras industrias, en nuestra producción agropecuaria o en la muestra de la Sociedad Rural que justamente estamos disfrutando este fin de semana bien largo. En la misa del padre Re, de Suppo, las hermanas del Misericordia o los Maristas. La Placita Honda, la ciclovía o el Parque Balneario. Por qué no referirnos también a la UTN, la UNRaf, el ITEC o alguna de las demás universidades e institutos que proveen las más de 50 carreras que se dictan en la ciudad.
En realidad Rafaela es todo eso y más, es trabajo, esfuerzo, ahorro, emprendimiento y familia.
Pero la crisis nos muestra también que el bonito centro de Rafaela ya no está tan bello, por un lado vemos que se invierte menos en vidrieras y cartelería, a la vez que se observan luces apagadas, siendo una clara señal de que los costos de energía eléctrica son importantes y la publicidad en los escaparates, no tan significativa. De las veredas mejor no hablar.
Por otro lado, el crecimiento demográfico hizo que se generen nuevos polos comerciales, más alejados del centro y más cerca de los vecinos. Los vemos en cada uno de los bulevares fundacionales, así como en las arterias importantes, avenidas Italia, Luis Fanti, Ernesto Salva, Sacripanti, entre muchas otras. En cuanto a los edificios públicos de la órbita de la Nación, éstos no están tan bonitos como antes, lo cual es lógico ya que al incurrir el Estado en déficit reiterativos, se no se invierte en hermosearlos, cuando hay ahorro hay inversión, pero cuando hay déficit hay desinversión. En lo local vemos que nuestra Muni sigue bonita y sus sistemas de atención por turno dan gusto.
Cuando miramos nuestros emprendedores, vemos que se encuentran prácticamente sin crédito bancario, el sistema financiero del país está virtualmente intervenido. Las tasas de interés de plazo fijo las establece el BCRA, actualmente en el 75% anual, convirtiéndose ésta en el piso de las tasas activas, ya que los depósitos son la materia prima de la industria de la intermediación financiera. Agravando la situación el hecho que se les permite a los bancos remunerar sus encajes, invirtiéndolos en instrumentos del BCRA, con la correspondiente competencia con el crédito privado.
Los comerciantes rafaelinos están todo el tiempo buscando atraer consumidores, se usan todos los canales, promociones, redes sociales, eventos, todo vale para competir por una porción de un mercado que se encuentra afectado por la suba de precios, una inflación que alcanzará los tres dígitos versus salarios que quedan por debajo de ésta, afectando el consumo urbano. Con el cierre de importaciones aparecen también faltantes de algunos productos en las góndolas de los comerciantes, demanda insatisfecha y pérdida de operaciones.
Por las dificultades actuales, es que se vuelve indispensable potenciar los clásicos rafaelinos que traigan visitantes a la ciudad. Es que cada vez que tenemos un feriado largo, se producen externalidades negativas para la economía de la ciudad. Muchos rafaelinos viajan a zonas turísticas como Córdoba, la costa santafesina, Rosario o Buenos Aires, por ejemplo, y con estos viajes llevan sus consumos a los destinos elegidos. Por el contrario, cada vez que se genera un evento en nuestra ciudad, carreras, exposiciones, ferias, espectáculos deportivos, el medio maratón que se corre en pocos días, etc, produce que los hoteles reciban huéspedes, los restaurantes clientes y todo el movimiento que genere consumo en nuestra región. Con esto se trae empleo y ganancias que serán reinvertidas en lo nuestro, fiel al espíritu rafaelino.
A esto debemos sumarle la actividad empresarial que permanentemente produce intercambios hacia nuestra Perla del Oeste.
El último clásico, si cronológicamente hablamos, es el educativo, con más de 50 carreras universitarias que traen inversión inmobiliaria y habitantes transitorios que dejarán consumos en la ciudad y en muchas casos terminarán siendo adoptados para siempre en nuestra amada Rafaela.

#BuenaSaludFinanciera
@ElcontadorB
@GuilleBriggiler

Fuente: https://diariolaopinion.com.ar/

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