“El 50% del trabajo en la Argentina es en negro”

Así graficó el obispo Franzini en la homilía de ayer en la fiesta de San Cayetano. Este problema tiene una raíz más profunda: la moral en negro, con un país que ha perdido el rumbo de los verdaderos valores. Cree que la falta de trabajo no se soluciona con planes sociales sino con trabajo digno, productivo y transparente para todos. Estiman que hubo unos 20.000 fieles.

por Emilio Grande (h.)

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“Queremos venerar la figura de este santo que ha ido arraigándose en el corazón del pueblo católico porque ha sabido descubrir en él un intercesor, un modelo, un camino seguro para vivir el Evangelio de Jesús”. Así expresó monseñor Carlos Franzini durante el sermón en la misa de la tarde de ayer en la festividad de San Cayetano ante una multitud que concurrió al templo ubicado en barrio Amancay de esta ciudad. Los organizadores estimaron que pasaron por el lugar unos 20.000 fieles a lo largo de todo el día en el que se celebraron cinco misas. Y agregó: “Este santo que es reconocido en nuestra patria como el patrono del pan y del trabajo, hermosa síntesis de lo que es el anuncio evangélico. El pan que sintetiza todo aquello que el hombre necesita para vivir una vida digna y el trabajo que expresa esta maravillosa vocación del hombre a ser colaborador con Dios en la obra de la creación, a ser transformador de la realidad, para ser que todo lo creado de gloria a Dios y alabe su señorío”. En otra parte, el obispo diocesano señaló que “San Cayetano es un modelo sintético de lo que la palabra de Dios nos acaba de proponer, confianza en Dios, absoluta confianza en la providencia de Dios que siempre cuida de sus hijos y generosa respuesta del hombre que no solo confía sino que además pone de sí lo mejor para estar a la altura del don de Dios”. Más adelante, dijo que “estrecha es la mente de aquellos que quieren reducir solo al hombre la historia y que no ven la presencia estupenda de Dios que más allá, conduce y lleva plenitud la vida de los hombres. Cuando el pueblo creyente confía en Dios, se pone bajo su cuidado, le pide por sus necesidades; cuando el hombre reconoce su condición limitada y de criatura y por eso acude a Dios manifiesta lo más digno de su condición humana. Buscar en Dios respuestas a nuestras preguntas no solo no nos empequeñece y no nos disminuye sino al contrario nos plenifica y nos hace más hijos de Dios. A pesar de tantos que quisieran borrar lo religioso de su historia y de su vida, sin embargo tiene un pueblo creyente que cree, alaba y confía en Dios”. “De nada sirve -continuó- que pidamos muchos dones si no estamos dispuestos a poner de nosotros todo lo mejor para conseguirlos. El pueblo le va pedir a San Cayetano trabajo, no queremos dádivas vengan de donde vengan, del político de turno, de la institución benéfica que sea ni siquiera de Cáritas y de la Iglesia. La dignidad de todo ser humano le lleva a sentirse no esperando el regalo, la dádiva sino con capacidad de producir toda aquello que necesita para vivir con dignidad”. Y fue más allá sobre la importancia del trabajo: “no es un regalo que algunos le dan a otros, es un derecho que pertenece a la dignidad del hombre porque así nos creó Dios para transformar la tierra con nuestro trabajo. De allí que sea tan grave la falta de trabajo; no es solo un problema económico o un problema de ocupar el tiempo para algunos, la falta de trabajo no se soluciona con planes sociales, muchas veces desgraciadamente utilizados con intereses no muy genuinos. La falta de trabajo se soluciona con trabajo digno, productivo y transparente para todos. En nuestro país pareciera que según indican los índices macroeconómicos se está revirtiendo el gran flagelo de la desocupación, sin embargo todavía tenemos un altísimo índice de desocupación. Hay muchos hermanos que no tienen trabajo, pero hay algo más grave: hay muchos que tienen trabajo en negro, se habla de que alrededor del 50% del trabajo en la Argentina es en negro, esto significa trabajo que está fuera de la ley, que no está amparado en una legislación propia de una nación civilizada. Es un grave pecado que nuestra sociedad tiene que revertir; el problema del trabajo en negro tiene que ver con un problema más amplio que es la economía en negro y la política en negro; la búsqueda del bien común con todo un margen de cosas poco claras. Esto tiene una raíz más profunda todavía que tiene ver con la moral en negro, con un país que ha perdido el rumbo de los verdaderos valores, cuando el que gana es el avivado, donde el poderoso es el que pisa más fuerte, donde el que sale con la suya es el que descalifica y desprecia al otro”. Finalmente, invitó a todos a reflexionar en el sentido de este día: “no miremos solo a los de arriba, dirigentes, políticos, empresarios, economistas, pastores. Todos miremos nuestro propio corazón y preguntémosnos ¿qué podemos hacer para pasar de una realidad en negro a una realidad en blanco? ¿Qué podemos hacer para que mi trabajo, mi vida familiar, mi vida como ciudadano pase del negro al blanco?”.

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