Dos años del pontificado de Francisco

Se trata del editorial del programa «Sábado 100″ por radio Sol Rafaela (FM 90,9) que conduce Emilio Grande.- El 13 de marzo se cumplieron dos años de la elección de Francisco, quien va reafirmando su ministerio petrino con una hondura que traspasa los límites y las estructuras tradicionales de la Iglesia, para profundizar la evangelización hacia las periferias existenciales y los distintos ámbitos sociales, culturales, políticos, ya sea creyentes y no creyentes. Frente a los cambios de época que estamos viviendo en diversos lugares del planeta en el que impera el individualismo, el materialismo y la secularización, en la exhortación apostólica “Evangelii Gaudium” (La alegría del Evangelio) del 2013, el Papa expresa que “mientras en el mundo, especialmente en algunos países, reaparecen diversas formas de guerras y enfrentamientos, los cristianos insistimos en nuestra propuesta de reconocer al otro, de sanar las heridas, de construir puentes, de estrechar lazos y de ayudarnos «mutuamente a llevar las cargas» (Ga 6,2).” Al mismo tiempo, no se cansa en apuntalar a la cultura del encuentro en la misma exhortación: “Las mayores posibilidades de comunicación se traducirán en más posibilidades de encuentro y de solidaridad entre todos. Si pudiéramos seguir ese camino, ¡sería algo tan bueno, tan sanador, tan liberador, tan esperanzador! Salir de sí mismo para unirse a otros hace bien. Encerrarse en sí mismo es probar el amargo veneno de la inmanencia, y la humanidad saldrá perdiendo con cada opción egoísta que hagamos.” Se escucharon posibilidades sobre cuándo volvería a la Argentina como visita pastoral, la que sería en 2016, descartando este año al haber elecciones presidenciales en el mes de octubre. Ante la actual crisis institucional, podemos masticar una frase del entonces cardenal Jorge Bergoglio cuando era arzobispo de Buenos Aires, en el libro “La nación por construir. Utopía, pensamiento y compromiso” (2005): “No podemos caminar sin saber hacia dónde estamos andando. Es criminal privar a un pueblo de la utopía, porque eso nos lleva a privarlo también de la esperanza.” A decir verdad, sigue siendo el mismo Bergoglio de siempre que se trasluce en sus gestos y palabras: «una cosa que me dije desde el primer momento fue ´Jorge no cambies, seguí siendo el mismo, porque cambiar a tu edad es hacer el ridículo´. Por eso he mantenido siempre lo que hacía en Buenos Aires», de la entrevista con Elisabetta Piqué en La Nación. Por delante tiene enormes y complejos desafíos como el sínodo sobre la familia que se inició en octubre del 2014 y tendrá continuidad este año, las personas vueltas a casar que no pueden comulgar sacramentalmente, la homosexualidad dentro y fuera del Iglesia, limpiar la corrupción en el IOR, entre otros. Pero uno de sus mayores desvelos es «la reforma espiritual es lo que, en este momento, más me preocupa; la reforma del corazón»…

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