Día Internacional del Trabajo

En todas partes podrán haber situaciones ingratas, si cada uno de nosotros no cumpe con su deber de trabajador, porque en algo, todos debemos trabajar, para ser más humanos, más éticos, más dignos.

Por Rosa Mayo de Marcuzzi (Esperanza)

Compartir:

ESPERANZA. Ayer, primero de mayo, fue el Día Nacional (e internacional) del trabajo, o bien del trabajador.Tradicionalmente, una fiesta de todos y para todos. El trabajo dignifica y brinda sentido a la vida del hombre. Si es vocacional, tanto mejor. Si es por necesidad, debe tomarse con alegría, porque es una bendición poder llevar el pan al hogar. Desde el mandato bíblico:”ganarás el pan con el sudor de tu frente”, pasando por la sabiduria de Martín Fierro:”Debe trabajar el hombre/para ganarse su pan./Pues la miseria en su afán,/de perseguir de mil modos,/llama a la puerta de todos/ y entra en la del haragán.” En mi vida, recuerdo algunos hitos de esa fecha trascendente: las grandes concentraciones en Plaza de Mayo en épocas de Perón y Evita, con la inolvidable voz de Hugo del Carril cantando: “hoy es la fiesta del trabajo, unidos por el amor de Dios; al pie de la bandera sacrosanta, juremos defenderla con honor”. Y, especialmente los obreros, enfervorizados, vitoreando a sus líderes, felices porque tenían trabajo, aguinaldo, vacaciones pagas, jubilaciones … Cuánta agua corrió bajo el puente. Los sindicalistas han cambiado:viven poir lo general en la opulencia, responden no a las bases sino a algunos políticos . . . Bueno, tantas cosas que creemos no son lo que debieran ser o se han ido desvirtuando. Hay de todo:muy bueno, bueno regular o . . . Ayer, en el mundo donde se ha producido una especie de implosión del capitalismo, hubo serios disturbios. El pueblo teme quedarse sin trabajo. Ese mismo temor lo tenemos aquí en nuestra ciudad. Muy alertas debieran estar las autoridades ante las suspensiones, congelamientos de salarios, despidos.Los sindicalistas, no olvidar que sus mandantes son las bases. Algunos así lo hacen. Sin querer entrar en lo apocalíptico o catastrófico, se avecinan tiempos difíciles. No se puede predecir que ocurrirá con el capitalismo. Los primeros cien días de Obama han sido mayoritariamente positivos, pero EE.UU., con su capitalismo desaforado y gran poderío armamentístico y económico, quizás ya no será lo mismo. Alemania, Francia, Holanda, Turquía, ven sacudidas sus estructuras. Todo es un tembladeral. La gente común está cansada de las desigualdades, de que los aventureros realicen negocios non sanctos y permanezcan impunes. Cuando era Presidente el Dr. Alfonsín, en uno de sus discursos había señalado que el hombre se siente disminuido cuando no puede mantener económicamente su hogar. Es hora de que los que mandan, tanto en el orden público como en el privado, comiencen a pensar menos en aumentarse ellos los sueldos para acordarse de los trabajadores manuales que construyen la riqueza de la Patria.Estos cumplen horario, marcan tarjeta, trabajan muchas horas diarias.Si uno llama al Municipio, comprueba que algunos concejales llegan a las diez. El horario de ingreso debiera ser a las 7a.m. o a las 8, a más tardar. ¿Por qué tantas prerrogativas? ¿O acaso se ingresa en política para servirse de ella y no para servir a los electores? Pero cuidado, ya lo había dicho el General:”el pueblo no es tonto, el pueblo discierne”. Basta de subestimar a la gente. Porque en todas partes podrán haber situaciones ingratas, si cada uno de nosotros no cumpe con su deber de trabajador, porque en algo, todos debemos trabajar, para ser más humanos, más éticos, más dignos.

Rosa Mayo de Marcuzzi

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *