Día de la Enfermería: fue emotiva la celebración en el Hospital local

Hubo varios reconocimientos a enfermeras que se jubilan y a las que están en actividad, destacándose Camila Figueroa. Estela Bonamino aprovechó para decir que se necesitan recursos humanos porque en los centros de atención primaria hay muy pocas profesionales. El pastor Marcelo Becla, el obispo Carlos Franzini y Elke Kurganoff hicieron una oración interreligiosa.

Por Emilio Grande (h.)

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El acto oficial del Día Internacional de la Enfermería se realizó en la mañana de ayer (empezó con una demora de 23 minutos) en el hall del servicio de rehabilitación del Hospital “Dr, Jaime Ferré” de esta ciudad. Este día fue instituido por el Consejo Internacional de Enfermería (CIE), recordando el natalicio de Florence Nightingale, quien durante la guerra de Crimea (1854-56) -donde actuó como voluntaria- comprobó la necesidad de formar enfermeras. Este año el CIE invita a trabajar bajo el lema “Servir a la comunidad y garantizar la calidad: las enfermeras al frente de la atención primaria”. Una de las oradoras fue Susana Acuña (supervisora de enfermería de la Región Salud I Nodo Rafaela): “Hoy se acepta que la enfermería es una ciencia aplicada que toma principios y leyes de otras ciencias y propias para aplicar al fenómeno de enfermería. Toma y aplica los principios de las ciencias sociales y valores humanos para explicar las metas específicas que propone, los fundamentos y las dinámicas de la relación enfermera-paciente, proceso en el cual ocurre el cuidado de enfermería”, destacó. A su turno, la enfermera Liliana Rodríguez hizo referencia a las colegas que “nos dejaron y están vivos en el corazón. Por este motivo, hacemos un humilde homenaje a los que ya han partido, pero no nos olvidamos”. Por su parte, el director Roberto Vitaloni dijo que “quiero compartir una pequeña historia: un anciano peregrino recorría su camino hacia las montañas del Himalaya en el más crudo de los inviernos. Un experto escalador le preguntó sorprendido: ¿Cómo has conseguido llegar hasta aquí con este tiempo, buen hombre? El débil anciano respondió: «mi corazón llegó primero y al resto de mí le ha sido fácil seguirle». Así son las enfermeras, puro corazón por delante. Una mezcla perfecta de profesionalidad y sentimiento. Honremos la vocación, la capacidad de detener la tempestad con una sola mano, la paciencia infinita y la solidaridad como bandera”.

Reconocimientos

Luego fue el momento emotivo con el reconocimiento a enfermeras a cargo de Estela Villarreal (jefa de la División de Enfermería), Alicia Menara (integrante del SAMCO y de la Asociación Cooperadora) y Gloria Yannitto (del Voluntariado) para Elena Boasso, Edith Pariano, Estefanía Coronel, María del Carmen del Barco, Mercedes Molinari, Marta Basualdo y Marta Funes. “Antes me encargaba de digitar la organización del acto y era estricta en el horario, pero estoy muy agradecida”, dijo Funes, jubilada y ahora colaboradora en el Voluntariado. En tanto, las alumnas de la Escuela de Enfermería Laura Rivolta y Yesica Rosales a la directora de ese establecimiento educativo Marta Alvarez que se jubila próximamente. “Tiemblo entera por la emoción, pero luego de 31 años merezco jubilarme y disfrutar de cosas postergadas. En este tiempo hubo sueños logrados, pero falta colaboración para la escuela y hay que ayudar a Alejandra Gajdosik”, señaló. Posteriormente, el intendente Omar Perotti, Etel Senn (presidenta del SAMCo), Fabiana Cossa (de la Asociación Cooperadora y del Voluntariado), Vitaloni y Acuña entregaron distinciones de representantes de los nueve centros de atención primaria que funcionan en la ciudad: N° 1 barrio Zazpe, N° 2 Barranquitas, N° 3 Villa Rosas, N° 4 Fátima, N° 5 Güemes, N° 6 Amancay, N° 7 17 de Octubre, N° 8 Italia y N° 9 Jardín. Debido a la escasez de personal, la que más veces se levantó a recibir presentes fue Estela Bonamino, quien aprovechó para decir que “la mayoría de las enfermeras está trabajando. Somos 15 para los 9 centros y por diversos motivos hay 10 en actividad. Se necesitan recursos humanos porque somos pocas, en algunos casos una enfermera debe atender a barrios con 5.000 personas, a pesar de la colaboración de las estudiantes”. El último de los reconocimientos fue para Camila Figueroa a cargo de las enfermeras Norma Gallardo y Melina Bonetti, y la diputada nacional Elda Gerez. Camila fue la primera enfermera de Rafaela que se capacitó en técnicas de “venopunción” para bebés, realizando periódicamente viajes a Santa Fe para aprender a canalizar (colocar sueros) a los bebés, técnica que luego fue transmitiendo y enseñando a sus pares en nuestra ciudad. “Es un orgullo estar en este lugar por la misión cumplida. Son muchos recuerdos porque en aquel tiempo no había nada esterilizado”, recordó, sumándose Beatriz Bouvier para señalar que “nos enseñó a bañar y cambiar a los bebés, picar la carne, pero teníamos que estar impecables”.

Oración interreligiosa

El pastor Marcelo Becla (presidente del Consejo de Pastores de la ciudad) y el obispo diocesano Carlos Franzini leyeron el salmo 103 (102) de la Biblia: “Bendice al Señor alma mía, que todo mi ser bendiga a su santo nombre; bendice al Señor alma mía, y nunca olvides sus beneficios. (…) El Señor hace obras de justicia y otorga el derecho a los oprimidos. (…) El Señor es bondadoso y compasivo, lento para enojarse y de gran misericordia; no acusa de manera inapelable ni guarda rencor eternamente. (…) Pero el amor de Dios permanece para siempre y su justicia llega hasta los hijos y nietos de los que lo temen y observan su alianza, de los que recuerdan sus preceptos y los cumplen”. Después Elke Kurganoff de la Comunidad Judía mencionó que “oramos para que el Señor fortalezca el espíritu de caridad, para que las enfermeras puedan servir siempre con fervor, para gloria de Dios y salvación de los hombres. Lo importante es lo que sucede dentro de los corazones humanos, independientemente de la edad, credo, religión o clase social. Cada hombre es una persona individual”, citando a la Madre Teresa de Calcuta: “El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz”. Para finalizar leyó un mensaje en hebreo: “Adonai, Eloheinu melej aholam iebarej et ametepeletot ve iadejem she ozrim et a jolim be refuat nefesh, refua shlema verefua guf”. Finalmente, las enfermeras presentes renovaron el juramento de enfermería. También asistieron el senador provincial Alcides Calvo, la diputada provincial Rosario Cristiani, funcionarios municipales y concejales.

Emilio Grande (h.)

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