Desubicado aumento de concejales rafaelinos
Entre gallos y medianoche los ediles de nuestra ciudad decidieron aumentar sus dietas de 6.500 a 7.500 pesos, 1.000 pesos en concepto de gastos de representación, causando rechazo social en la comunidad. Se trató de una resolución interna y en forma secreta porque no fue tratado en las reuniones de comisiones que suelen realizarse ante la presencia de periodistas de distintos medios de comunicación social. De los nueve concejales de distintas extracciones políticas el único que rechazó este aumento fue el veterano demo-progresista Luis Peretti, quien cobrará el incremento salarial pero decidió públicamente donarlo a entidades de beneficencia, siendo el primer aporte al Hogar del Niño Don Orione de calle San Martín al 500 de esta ciudad. A decir verdad, varias veces critiqué al citado Peretti por su empecinamiento de mantenerse atornillado a la banca, ya que fue electo por primera vez en 1973 y a excepción de algunos períodos o la enfermedad de 2002 se mantiene firme, no dando lugar a la participación de nuevos dirigentes y de hecho muchos se fueron del PDP. Volviendo al desubicado y desmedido aumento en el cuerpo legislativo local, la pregunta del millón es si corresponde o no hacer la corrección salarial. Están en su derecho de autoaplicarse todos los aumentos que consideren necesario, pero cuál es la percepción que puede causar en el común de la gente. Es cierto que la inflación golpea a los bolsillos de todos especialmente de los más pobres y vulnerables socialmente, como así también que muchas empresas privadas hay sueldos jerarquizados de miles de pesos. El problema estriba en que los salarios de los concejales lo pagamos entre todos los rafaelinos a través de los tributos municipales. Frente a esto, ¿qué pueden decir los pasivos que aportaron 30 años y cuya jubilación mínima es menor a los 900 pesos o los trabajadores con el salario mínimo de 1.500 pesos? Al mismo tiempo, la actividad parlamentaria en Rafaela no es full time, es decir que no están abocados todo el día con esta actividad, sino que es par time van un par de horas por la mañana y otras tantas a la tarde, sumado a las sesiones ordinarias y extraordinarias que a veces suelen extenderse varias horas por los temas a tratar que generar fuertes debates. En este sentido, las actividades privadas que venían realizando antes de asumir la concejalía la siguen haciendo sin superposición de horarios, con lo cual sus ingresos son aún mayores. Muchas veces se habla del descrédito de la clase política en la Argentina –y Rafaela no es la excepción- y el divorcio que se viene profundizándose con la gente. ¿No habrán reflexionando los concejales previamente sobre el impacto social de este incremento? ¿Por qué se aumentaron a puertas cerradas, será porque tenían cola de paja?