De la mano de María… transitaremos la vida con valores

Por Alicia Riberi.- Si uno hace un análisis del actual modo de vida, realmente es para preocuparse, porque pareciera que hay que tratar de quedar bien con todo el mundo, sacrificando a  veces pensamientos propios, que exponen valores claros y contundentes.

María es la mejor muestra de cómo debemos vivir, con  qué valores y con qué entrega. María es modelo de generosidad y servicio, lo expone muy bien en la visita a su prima Isabel, estando embarazada viaja de una manera incómoda, una larga  distancia -no contaba con autos, ni trenes, ni aviones…- y hoy,  a veces,  hay personas que necesitarían de una mirada, una mano, una simple palabra cuando se hallan solas y enfermas  y no cuentan con nadie.

Hay ancianos, que no poseen ni lo necesario para vivir, si comen no compran remedios, si compran remedios no tienen para sostener servicios y ni los que deberían, piensan en el sustento de tantas personas, que trabajaron toda una vida y hoy es como si no hubiesen hecho nada, en lugar de premiarlas con una pasar sereno y sin continuos sobresaltos, se las deja abandonadas a su suerte. Pensemos en que sentiría María, ante tanta indiferencia.

María nos llama a través de sus mensajes permanentemente a la conversión, a abrir nuestro corazón a las necesidades de los demás, nos llama a ser iglesia y no se refiere al edificio, se refiere a que todos debemos considerarnos iglesia y somos responsables como tal  de lo que sucede hoy.

María es modelo de madre, porque siempre estuvo en silencio al lado de Jesús  y muchas veces se mostró enérgica, como en las bodas de Caná, cuando Jesús le dice que no llegó su hora y ella igualmente ordena a los sirvientes que llenaran de agua  las seis tinajas y es así como Jesús realiza su primer milagro convirtiendo el agua en vino en una fiesta de bodas.

María ve el sufrimiento humano, lo siente y sufre por la indiferencia, la violencia, la mentira, la falta de amor y nos insta permanentemente a cambiar, a salir, transformarnos y transformar nuestro entorno, no pide acción y no pasividad ante el sufrimiento. María nos ha regalado infinitos milagros y eso nos muestra cómo se conmueve ante el dolor y no queda inmóvil, intercede ante Dios por nosotros. María, no es una Madre común es la madre de Dios y no debemos evitarla, sigámosla, porque con ella llegaremos a Dios y seremos capaces de jugarnos por los valores cristianos. 

Finalmente, María nos enseña a luchar por la verdad con todas nuestras fuerzas, ella nos enseña que la verdad siempre sale a la luz y debe quedar expuesta, porque Jesús es camino, verdad y vida, y es nuestro Pastor y con Él nada nos va a faltar.

Jesús ilumina nuestra vida, alegra nuestro tiempo, trae paz a nuestro corazón…

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