Cuarto festival de teatro en Rafaela

Hace unos días finalizó el cuarto festival de teatro que se realizó en Rafaela durante cinco días en las salas teatrales y lugares no convencionales como vecinales y plazas públicas, en estos últimos sitios fueron gratuitos. Hay que destacar la búsqueda de romper el circuito tradicional de parte de los organizadores para que el teatro llegue a los barrios periféricos con la participación de chicos y grandes, quienes seguramente no tienen acceso o que directamente es difícil concurrir a este tipo de espectáculos. Se presentaron 18 propuestas teatrales de distintos lugares del país de las cuales tres fueron coproducciones rafaelinas –un reclamo de años anteriores- que permitió un mayor intercambio y así los teatristas foráneos conocieron qué se está haciendo en esta materia en Rafaela, permitiendo al público local descubrir distintos tipo de puestas en escena en los planos plástico como así en los contenidos de las obras teatrales. Respecto al público al festival de este año, los organizadores estimaron unos 10.000 asistentes entre los que pagaron entradas, invitados especiales y los que asistieron a los lugares públicos. Ciertamente, es difícil determinar semejante cantidad de espectadores, pero esa cifra está un poco exagerada porque en realidad se vendieron entre 5.000 y 6.000 entradas y una misma persona concurrió a más de obra teatral, según fuentes confiables. Más allá de esta movida de público que genera este festival de teatro, la pregunta que se hacen muchos es por qué la gente no sigue enganchada durante el año con las obras teatrales de nuestra ciudad, que algunos casos son muy buenas y otros no tanto. Durante la conferencia de prensa del martes último en el Salón Verde, el intendente Omar Perotti admitió que se invirtieron unos 200.000 pesos entre el Instituto Nacional del Teatro, el gobierno provincial y a nivel local entre el Municipio, la venta de entradas y el aporte de algunas empresas. Como novedad para el 2009, el empresario Carlos Rottemberg puso a disposición para que se realice el lunes previo al inicio del evento el lanzamiento del festival en Buenos Aires y la puesta en escena de una obra rafaelina. Como crítica constructiva es que no se respeta el horario de las puestas en escena con lo cual atrasa a las otras obras previstas en un mismo día, en algunos casos hasta más de media hora. Se podrá decir que es un mal de los argentinos pero a decir verdad hay que empezar a respetar los horarios, como ocurre en otros lugares del mundo. Para el festival para el año próximo hay que mantener las cosas positivas y seguir abriéndose hacia otras miradas y voces para seguir enriqueciendo lo popular que representa el teatro en el contacto directo con el público, ya que ayuda a reflexionar, reír y pensar, siendo una de las manifestaciones culturales de la historia que se sigue vigente.