¿Cuál es el espíritu de la Navidad en esta compleja realidad social?

Se trata del editorial del programa “Sábado 100” por radio El Espectador (FM 100,1) de Rafaela.

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Por Emilio Grande (h.).- El espíritu navideño de estos días se puede caer en la tentación que nos propone la sociedad del consumo de quedarnos anclados en los regalos solamente, compartir con familiares y amigos, comer y tomar más que otras veces hasta la madrugada.

¿Es solamente eso o hay algo más profundo en el sentido de esta Navidad en la que el hijo de Dios se hace hombre en una familia de Nazaret hace más de dos milenios? En realidad, es la presencia de Dios que viene a iluminar las realidades más dolorosas y oscuras.

Por eso el ángel del Señor les dijo a los pastores: “No teman porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: en la ciudad de David, les ha nacido un salvador, que es el Mesías, el Señor (…) encontrarán a un niño recién envuelto en pañales y acostado en un pesebre” (Lc. 2, 9-10).

Entonces, hay que dejarse iluminar con la estrella que nace en Belén para que la solidaridad y el amor nos hagan diferentes. Justamente, celebrar la Navidad es creer que la vida siempre tiene sentido y la muerte ha sido vencida con la luz de una nueva esperanza.

En este contexto, el papa Francisco destacó la figura de la Virgen María en el ángelus del 24 de diciembre de 2014: “Reconoce ser pequeña delante de Dios y está contenta de ser así. Es consciente de que de su respuesta depende la realización del proyecto de Dios y que Ella está llamada a adherirse con todo su ser. En esta circunstancia, María se presenta con una actitud que corresponde perfectamente a la del Hijo de Dios cuando viene en el mundo: Él quiere convertirse en el siervo del Señor, ponerse al servicio de la humanidad para cumplir el proyecto del Padre”.

La Navidad debe ser una oportunidad para cuestionarnos sobre el sentido de la vida que está tan amenazada en la actual coyuntura argentina con el objetivo de instaurar el aborto legal, un crimen para el bebé indefenso en la panza de la madre, el abandono de las personas mayores que nos dieron la vida (en España buscan legalizar la eutanasia), los jóvenes desorientados a causa de la esclavitud de las adicciones, la necesidad de crear puestos estables de trabajo en lugar de planes y subsidios permanentes del Estado, en un gravísimo contexto del 44% de los argentinos sumidos en la pobreza, según el reciente informe del Observatorio de la Deuda Social de la UCA.

“Estar a favor del aborto es ponerse en el lugar de Dios, decidir quién vive y quién no”, opinó el presbítero José María Di Paola, miembro de la Pastoral de Villas y Barrios Populares, al referirse al proyectoque obtuvo su aprobación en la Cámara de Diputados y será debatida en el Senado.

El pesebre de Belén nos puede iluminar a discernir los interrogantes sobre el futuro, el sentido en definitiva de la vida eterna que solamente se encuentra en Dios. ¿Seguimos anclados en la soberbia de Herodes o meditamos la sencillez y humildad de los pastores y reyes magos, quienes fueron a descubrir al niño en un establo?

Vivimos un alocado mundo del consumo desenfrenado, el egoísmo y la indiferencia frente a tantos hermanos necesitados, enfrentamientos sociales, guerras sin sentido y el secularismo que le da la espalda a Dios, quien envió a su hijo, nació en un pesebre de Belén y hoy nos sigue invitando a convertirnos de un corazón egoísta abierto a las necesidades del prójimo…

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