Comienza el proceso para declarar santo al cardenal Pironio

El recordado obispo argentino fue cercano a Pablo VI y Juan Pablo II.

Por Elisabetta Piqué

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ROMA.- En una ceremonia muy esperada en ámbitos eclesiásticos, mañana se abrirá en el Palacio Apostólico del Laterano, sede del vicariato de Roma, pegado a la basílica de San Juan de Letrán, el proceso de beatificación del aquí querido y recordado cardenal argentino Eduardo Pironio, que murió en esta capital el 5 de febrero de 1998.

El cardenal vicario de Roma, Camillo Ruini, solicitó en los últimos tiempos testimonios sobre su fama de santidad y hoy dará formalmente vía libre a la fase diocesana del proceso que llevará al honor de los altares a un sacerdotes considerado una de las mayores figuras de la Iglesia latinoamericana del período posterior al Concilio Vaticano II.

Sencillo, de gran espiritualidad y extremada sensibilidad social, Pironio fue considerado “papabile” durante los dos cónclaves que hubo en 1978, tras las muertes de Pablo VI y de Juan Pablo I; algunos expertos dicen que entonces obtuvo algunos votos.

El cardenal argentino era considerado uno de los purpurados ubicados en el sector progresista de la Iglesia. Muy amigo del obispo salvadoreño Oscar Arnulfo Romero, asesinado en 1980, y cuya causa de beatificación también avanza -pese a que estuvo bloqueada durante mucho tiempo-, a Pironio se debe en buena parte el éxito que tuvieron las Jornadas Mundiales de la Juventud. El, de hecho, fue su organizador desde que Juan Pablo II lo nombró presidente del Consejo Pontificio para los Laicos el 8 de abril de 1984.

Antes, durante el pontificado de Pablo VI y de Juan Pablo II, había sido prefecto para la Congregación de los Institutos de Vida Consagrada, dicasterio vaticano que se encuentra al frente de todos los religiosos y consagrados de mundo.

Esa designación de Pablo VI , que lo había llamado a Roma en 1974 para que le predicara los ejercicios de Cuaresma, y que lo creó cardenal en 1976, tuvo que ver con la persecución que sufrió en su patria, donde había recibido amenazas por ser considerado demasiado cercano a la izquierda y a elementos “subversivos”.

Obispo de Mar del Plata entre 1972 y 1975, años en los que presidió el Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), Pironio fue ordenado sacerdote en 1943 en el santuario de Luján, donde hoy descansan sus restos. Fue rector del seminario de Villa Devoto y tuvo siempre un fuerte ascendiente sobre muchos seminaristas y sacerdotes jóvenes.

La vocación religiosa

Hijo número 22 de padres italianos, emigrados desde el noreste de la península, el cardenal había nacido el 3 de diciembre de 1920 en Nueve de Julio. Su vocación religiosa comenzó dentro de su familia. En un hecho que él consideraba “milagroso”, en efecto, después de tener a su primer hijo a su madre, que cayó gravemente enferma, le habían dicho que no iba a poder tener más niños sin poner en riesgo su vida.

Sin saber qué hacer, la mujer entonces fue a consultar al obispo auxiliar de La Plata, que estaba visitando su pueblo, quien le dijo: “Los médicos pueden equivocarse, usted póngase en las manos de Dios y cumpla sus deberes de esposa”. La mujer dio a luz a 22 hijos, Pironio fue el último, y vivió hasta los 82 años.

Actualmente, hay iniciados unos 30 procesos de beatificación de fieles argentinos, entre los que se destacan los del cura José Gabriel Brochero, el seminarista salesiano Ceferino Namuncurá, el obispo fray Mamerto Esquiú y la madre Antonia de la Paz y Figueroa.

La fase diocesana del proceso de beatificación del cardenal argentino se desarrolla en Roma porque es en esta diócesis donde el purpurado vivió sus últimos años y murió.

Elisabetta Piqué

Fuente: diario La Nación, Buenos Aires, 22 de junio de 2006.

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