Colaboración con el niño Ignacio Espíndola

La carta de lectores publicada en el diario La Opinión de Rafaela tuvo repercusión en la comunidad, según contó su maestra Claudia Curi. El niño de seis años respira a través de una traqueotomía y puede ser operado en los próximos días en el Hospital Garrahan. La familia atraviesa una difícil situación económica.

Por Emilio Grande (h.)

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“No puedo hacer ningún trabajo, desde que el 25 de julio último Ignacio se descompuso y fue internado en el Hospital Orlando Alassia de Santa Fe, porque tengo que atenderlo durante todo el día”, expresó Andrea Espíndola (mamá de Ignacio), durante la visita de este cronista a la vivienda humilde de calle Menchaca al 100 del barrio Pablo Pizzurno. En la edición de ayer, se publicó una carta de lectores en este diario (ver página 14) titulada “Un niño necesita una ayuda”, firmada por Claudia Curi, maestra de Ignacio en el Jardín N° 5 “Federico Froebel” del barrio Barranquitas. “La repercusión de la carta fue impensada porque en la mañana de hoy (por ayer) no paró de sonar el teléfono (441171) para ver cómo colaborar, en algunos casos con cifras de 500 pesos”, confió Curi. Y agregó: “Se ilusionaron con una ayuda del Municipio, hubo varias promesas de funcionarios, pero hasta ahora la madre no recibió ninguna”. Andrea mencionó, que durante un pequeño tiempo cobró el Plan Jefes de Hogar, pero la bajaron cuando consiguió trabajo. “Hace siete meses que no trabajo, volví a reclamar y no me dieron nada, a excepción de los bonos mensuales de 80 pesos para comprar mercadería. Ignacio se alimenta con comidas sin sal y light”, se quejó la madre. El niño volvió a nuestra ciudad el 13 de setiembre, y ahora la enfermedad está controlada con medicamentos. Esta semana tenía fecha para ser operado para cerrarle la traqueotomía (respira casi por ese conducto) en el Hospital Garrahan de Buenos Aires, pero la intervención fue diferida para la semana que viene, de lo contrario pasará para febrero o marzo próximo. A decir verdad, Ignacio está físicamente bien y de buen humor, habla poniéndose un dedo en el aparato por donde respira y hasta se da el lujo de hacer algunos chistes. La familia de Ignacio -de seis años- se compone de otros dos hermanos: Cesar de 17 años -el único que trabaja a través de algunas changas- y Brian de 13. Los cuatro viven en una pieza de losa (laja) en el patio trasero de la casa de su abuela Inés. “Estamos buscando una casa digna para ellos hasta que Nacho se reponga y después la devuelvan. Hay gente que tiene techo propio de planes y no pagan las cuotas”, señaló Curi. En caso de no ser operado en los próximos días, la situación de Ignacio puede complicarse porque en Santa Fe se le detectó una malformación en el sistema respiratorio desde su nacimiento, que apareció cuando le hicieron la traqueotomía. Una vez que lo operen en Buenos Aires estiman que, demandará un año en cicatrizar la herida y luego volver a hablar desde “cero”. Más adelante piensan practicarle otra cirugía.

Emilio Grande (h.)

Fuente: diario La Opinión, Rafaela, 20 de diciembre de 2007.

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