Claudio Escribano tenía razón…

El Director del Diario La Nación tenía razón y fue generoso cuando aseguró que Néstor Carlos Kirchner no duraba seis meses en el gobierno. Mal que le pese al presidente, desde “el vamos” no gobierna. Por Juan Carlos Sánchez

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En un nuevo arrebato contra la prensa, el presidente Néstor Carlos Kirchner reiteró críticas contra el diario La Nación: “Hay sectores que me apuntan y tienen su eje en el diario La Nación, y no es casualidad que (Claudio) Escribano, el director de ese diario, dijo que yo iba a durar seis meses.” – (Zapala, Neuquén, 05/AGO/05). Quizá mañana o pasado, en ocasión de un nuevo acto de su campaña electoral con miras al “Octubre Rojo” que se aproxima —y al cual teme, pues muchos son los que van “A la caza del Octubre Rojo”— tenga algo que decir sobre la homilía del Cardenal Primado de Argentina, Jorge Bergoglio, pues este se atrevió a sostener en la Misa central de la festividad de San Cayetano que “los discursos no alcanzan”. Quizá también tenga que referirse, para minimizarlo, al triunfo (anunciado) de Carlos Menem en la interna riojana que lo impondrá como candidato del Partido Justicialista para ocupar una banca en el Senado de la Nación y repetirá sus latiguillos sobre los que pidieron que “me sigan”. El algún otro momento habrá de reiterar que desde el gobierno busca la justicia y la verdad (histórica) defendiendo la delincuencia terrorista o se entusiasmará con las declaraciones de la “suprema” Carmen Argibay de Molina sobre la marihuana, el aborto y las uniones gay. Nada nuevo. Kirchner está preso de la improvisación. Otra cosa no podía esperarse de quien es un funcionario improvisado. No es intención de esta nota defender al diario La Nación, no lo necesita. Sí lo es apoyar la libertad de prensa y opinar, para que quienes lean cuenten con elementos diferentes a los propuestos por la prensa cautiva y la intemperancia oficial para que, libremente, puedan analizar la realidad. Néstor Carlos Kirchner no gobierna, nunca gobernó y desde su juramento como presidente no ha hecho otra cosa más que ser esclavo de sí mismo, de su debilidad estructural y de su confusa idea de lo que es el poder. Quien no es libre de espíritu no puede conducirse a sí mismo ni conducir a otros. Quien odia no sabe amar. Quien no ama no puede parir el bien. Néstor Carlos Kirchner, un presidente de oportunidad, renunció a conducir a los argentinos desde la torpeza cometida en el acto de su asunción del cargo jugando con el bastón de mando, símbolo, sacramento de uno de los poderes republicanos, justamente el suyo. Irrespetuoso con lo propio, ¿cómo no serlo con todo lo demás? Renunció a gobernar cuando olvidó que la premisa de la hora es la unidad nacional y la paz entre los argentinos y convocó a los demonios de la revancha y de la división. Agotó su etapa histórica al despreciar las instituciones de la Patria, al agraviar a sus hombres y al adherir a la mentira de una verdad parcializada y funcional. En verdad, Claudio Escribano, que lo único que hizo fue repetir lo que se dijo en cenáculos internacionales del poder —también publicado por PyD— sobre que los argentinos, al elegir (?) a Kirchner, optaron por un presidente por un año, fue generoso en los tiempos otorgados al presidente. Kirchner nació inmaduro a su mandato y no aprovechó la incubadora que la sociedad le ofreció para crecer. Prefirió arremeter contra todo y contra todos y logró ganarse enemigos en lugar de conciliar y pacificar. Por eso ahora, a dos años de empezar, sigue igual; se encuentra obligado a seguir peleando, a agraviar, a escandalizar. Nada se puede construir en el disenso, nada se goza en la pelea y no siempre la victoria es de quien gana con lo que al final de la cuenta, lo que quedan son los moretones. Tuvo la oportunidad de ser gobierno, Eduardo Duhalde hizo de bombero y él pudo ser la ambulancia que recogiese los heridos para llevarlos a curación, pero no, adolescente inmaduro como le gustó que lo llamaran, prefirió ponerse en el centro de la escena no comprendiendo que “primero la Patria…”. ¡Pingüino al fin…! Asolado por los vientos del sur no quiso o no pudo admitir que a los pingüinos los llaman también pájaros bobos. Tampoco, que los pingüinos no saben volar.

Fuente: www.politicaydesarrollo.com.ar .

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