Catástrofes e irresponsabilidad política

Estamos sufriendo la falta de vigilancia que en su momento fue necesaria para evitar las inundaciones en Santa Fe o proteger a Rosario.

Por María Herminia Grande

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Pocos presidentes argentinos que surgieron del voto popular han trabajado tan férreamente en el día a día de la política la captación del poder como lo hizo Kirchner, mandatario que partiendo de una base reducida de aceptación logró las más altas ponderaciones a medida que avanzó en su gestión. Parece difícil de entender, entonces, que quien ha trabajado tanto por fortalecerse y concentrar poder guarde en sí el mayor de los miedos, cual es el temor al rechazo. El talón de Aquiles del presidente lo está llevando a cometer errores que van en camino contrario a lo por él trabajado, del mismo modo que un viento inoportuno le produce un sofocón a una señora atildada cuando juega con su falda. El temor del presidente le hace confundir autoridad con autoritarismo. Esta semana, la gravedad de la conducta de los gremios petroleros y la actitud del presidente evidencian lo puntualizado. Lo ocurrido en la madrugada del martes, cuando los trabajadores petroleros abandonaron sus actividades, hizo que Argentina estuviese a horas de quedarse sin luz. Se pudo haber producido un apagón total. Este verdadero colapso inducido se evitó gracias a la pericia de líneas intermedias que operaron sabiendo lo que hacer (Secretaría de Energía, Cammesa y operadores de transporte de gas). Para entender aún más la magnitud de lo ocurrido, se puede señalar que tres ministros se reunieron a las tres de la mañana de esa madrugada en la Casa Rosada. Tal vez la figura que más ejemplifica la situación, es pensar en que un hospital sea abandonado en un mismo momento por sus directivos, médicos, enfermeras, mucamas, administradores, quedando sólo los enfermos a cargo de camas, quirófanos, etcétera. Y si de energía hablamos, en Argentina se producen aproximadamente 100 millones de metros cúbicos de gas por día y por esa actitud faltaron 50 millones de metros cúbicos. ¿Qué ocurrió luego? Los dirigentes que impulsaron esta medida ¿fueron sancionados o fueron premiados? La respuesta está en el Congreso de la Nación y las modificaciones que se le introducirán al presupuesto. Si el presidente Kirchner hubiese ejercido la autoridad estatal, seguramente se hubiese pedido el quite de personería de ese gremio u otra medida de apercibimiento. A esta altura se le debiese recordar al presidente que no existe gobierno democrático en el mundo que no ejerza el poder basado en la autoridad que le confieren los ciudadanos y las instituciones que existen en democracia. Pero siguiendo con los miedos del presidente, pareciese que su obsesión por el poder lo aleja de él. Si miramos el comportamiento que en este sentido mantuvo ante los cortes de la ruta internacional por parte de los ciudadanos de Gualeguaychú, se ve cómo el presidente no quiere cualquier vocinglería adversa de la calle, por mínima que ésta sea. Misiones fue otro ejemplo que sigue activo. El fútbol demuestra la falta de autoridad estatal: no es vaciando los estadios como se arregla la violencia. Lo que viene ocurriendo en la Universidad Nacional de Buenos Aires también es un secreto a voces de una debilidad que, en este caso, aunque pueda llegar a coincidir con las intenciones del gobierno, no abandona su categoría de debilidad. El funcionario D’Elía, que tanto hizo para dejar de serlo, termina yéndose no por las irregularidades continuas de su conducta, sino porque esta vez su verborragia no coincidió con los intereses del gobierno nacional. No obstante ello, Luis D’Elía dejó el cargo, no la estructura de Luis D Elía. Mientras todo esto ocurre, nada se sabe a dos meses de la desaparición de Jorge Julio López. El gobernador bonaerense Felipe Solá dijo: “Lo notable en este caso es que habiendo una recompensa muy alta no haya alguien que se decida a decir lo que sabe o vio”. Lo notable en este caso es que los responsables de aclarar el hecho actúen como cronistas casi inexpertos y no se decidan a asumir la responsabilidad de hacer lo que deben hacer. Por lo expuesto, la debilidad de un presidente que acumuló poder como nadie se contrarresta con las posibilidades que a su vez le da el gobernar un país que crece al 9 por ciento. La legitimidad que el voto popular le dio para que ostente autoridad y la ejerza, y pueda controlar a grupos reducidos y conflictivos de la sociedad, es imposibilitada por la bravuconada de cien o doscientas personas, ante las cuales, lejos de demostrar autoridad, termina subvencionando. También es cierto que cuando una metodología da resultados, para qué cambiarla. El próximo viernes 24 está anunciado un paro general de los trabajadores de estaciones de servicio. Si no hay arreglo antes, tampoco habrá combustible. Argentina crece, como se dijo, al 9 por ciento; pero es suficiente que la naturaleza corcovee para que quede al desnudo todo lo que en el país está por hacerse. Tiempo atrás fue un granizo espectacular en Buenos Aires y esta semana fue Rosario. Pero en realidad más allá de Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Tartagal, lo cierto es que como dice el doctor Osvaldo Canciani no existe una política ambiental. “Si hubiera un radar meteorológico no se hubiese evitado el granizo, pero se habría protegido más a la gente y a los bienes de esa gente. Lamentablemente estamos sufriendo la falta de una política en serio. Y la falta de vigilancia que en su momento fue necesaria para evitar las inundaciones en Santa Fe o para proteger a Rosario y Buenos Aires, o para Tartagal donde se lo menciona como un ejemplo de desforestación. Lamentablemente la gente no tiene ni la menor idea de lo que significa una gota de agua contra el suelo desnudo frente al impacto de una gota en un sistema cubierto de vegetación”. Hoy los gobiernos, ya que no se trata sólo de Argentina, actúan tras el desastre que provoca la alteración del cambio climático. Pero todavía, a pesar de batalladores como el doctor Canciani y otros, no hay conciencia de la magnitud que para la salud del hombre, su bienestar y su futuro, estos acarrean. Y por lo tanto no se trabaja sobre políticas que se concuerden con los impactos regionales que ya se están produciendo y lo seguirán haciendo. Por ejemplo, debiese el gobierno trabajar sobre planes encargados del disloque de la producción, como ocurrió en Brasil. Años atrás la producción de café se trasladó de Santos a Minas Gerais. Es más, hoy ya no alcanza con una Política Ambiental en Argentina, hoy se impone una Política Ambiental del Mercosur; como así también un Mercosur que tenga en cuenta la ingeniería sísmica. Hoy se sabe que si un sismo se produce cerca de la cordillera en los Andes argentinos, a través del movimiento de ondas vibratorias de las rocas se propaga prácticamente a toda la Argentina. Cuando las ciudades crecen en su urbanización, estos elementos ¿son tenidos en cuenta? Como dijese el experto en sismos, el ingeniero Vitelmo Bertero: “Éste tema tiene que ser una política de Estado. A veces se contratan personas o empresas constructoras que no están al tanto de construcciones en lugares sísmicos o que por el área pueden serlo. El mundo se ha achicado. Y los conocimientos se deben transmitir no sólo en un país. El problema es mundial. Es muy grave la construcción informal, es un problema social, económico y que requiere una atención muy rápida para evitar catástrofes”. Se debe agregar a lo dicho, que las catástrofes también desnudan la irresponsabilidad con que a veces el Estado construye. En ambos casos los ciudadanos debieran concientizarse y hacer que sus gobiernos y los del Mercosur entiendan que deben trabajar con ciencia y tecnología propia de sus regiones, y que la información es clave no sólo para conocer la cotización del dólar sino para el futuro y el avance de los países. Nunca como en estos momentos cobran veracidad las palabras del secretario general de la ONU, Kofi Annan, cuando sobre el Cambio Climático dice: “No es un asunto de ciencia ficción, ya que se destrozarán cosechas, peligrarán poblaciones, se producirán enfermedades y aumentarán los conflictos por lograr recursos”. Si hay algo que los responsables políticos de los países del mundo no podrán aludir ante la responsabilidad que les cabe, es el no haber sido avisados.

Fuente: diario El Ciudadano, Rosario.

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