Caso Pomar: no hubo rastrillaje

Se reflotó el caso de un misterioso y trágico accidente de tránsito que costó la vida a la familia Pomar constituida por padre, madre y dos hijas menores de edad, a raíz de una denuncia contra los policías que dijeron haber rastrillado el lugar donde se encontró el automóvil y los cuatro cadáveres a la vera de la ruta provincial.

Por Emilio J. Grande (Rafaela)

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Por Emilio J. Grande.- Recientemente, el 25 de junio se reflotó el caso de un misterioso y trágico accidente de tránsito que costó la vida a la familia Pomar constituida por padre, madre y dos hijas menores de edad, a raíz de una denuncia contra los policías que dijeron haber rastrillado el lugar donde se encontró el automóvil y los cuatro cadáveres a la vera de la ruta provincial 31, en una curva peligrosa y en mal estado la cinta asfáltica, jurisdicción del partido de Salto, provincia de Buenos Aires. Cabe recordar que la familia Pomar había partido de su domicilio en la localidad bonaerense de José Mármol el 14 de noviembre de 2009 con destino a Pergamino, perdiéndose todo contacto con ellos y dando lugar a distintas versiones, apareciendo finalmente 24 días después en el lugar mencionado. La denuncia la formuló la señora María Cristina Robert, madre de Gabriela Viagrán de Pomar, quien sostiene que el rastrillaje para la búsqueda se simuló, conclusión a la que llegó después de realizarse la siguiente prueba el 23 de enero de este año: en el paraje donde fue encontrado el automóvil y muertos sus cuatros ocupantes fueron escondidas en el pastizal diez pelotas de un tamaño 200 veces menor que un vehículo, de las que se encontraron nueve, después de tres horas de búsqueda, demostrándose que no hubo rastrillaje alguno. A favor de esa prueba, quien esto escribe puede aportar otro elemento contundente: habiendo nacido y criado en el campo, recordamos que especialmente en época de calor cuando moría una vaca al descomponerse, el mal olor se percibía a más de mil metros. Como el cuerpo humano muerto despide un olor mucho más fuerte, permite concluir fehacientemente que en la búsqueda de los Pomar no hubo rastrillaje, de lo contrario cómo no habrían olido lo fétido de cuatro cadáveres juntos, a no ser que los seis uniformados al momento de realizar esa labor estuvieran padeciendo un fuerte resfrío. Contra esos policías precisamente se ha iniciado un juicio por entender que su tarea fue “ineficiente y negligente” y por haber fraguado las actas de rastrillaje que evidentemente no se efectuó.

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