Caso Patti: un país que aún no logra escapar del antagonismo

El resultado de este acalorado debate fue una reiterada mueca que se viene dando en los últimos años en la política de la Argentina: la imposibilidad de construir un país con la mirada puesta en el futuro y no sólo en el pasado.

Por Martín Dinatale

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La Argentina no logra salir de las antinomias y de la intolerancia. El debate por la incorporación de Luis Patti a la Cámara de Diputados mostró ayer el cíclico escenario de un país que no logra escaparle al pasado y donde unos y otros sectores se arrogan el sentir de las mayorías o el voto popular. Los detractores de Patti hablaron de su “inhabilidad moral” para ocupar una banca por haber sido parte del esquema “represivo y antidemocrático de la última dictadura militar”. Además, mencionaron la necesidad de resguardar el derecho internacional ante la violación de los derechos humanos. Aquellos que intentaron en vano incorporar a Patti por la decisión del voto popular recordaron que el ex comisario bonaerense fue votado con el apoyo del peronismo y que desde 1995 compartió listas con varios de los diputados justicialistas que ayer impusieron que no asumiera una banca. Estos sectores también hablaron del Estado de Derecho, de la ruptura de las instituciones y de la necesidad de respetar el voto ciudadano. El resultado de este acalorado debate fue una reiterada mueca que se viene dando en los últimos años en la política de la Argentina: la imposibilidad de construir un país con la mirada puesta en el futuro y no sólo en el pasado. Los palcos de la Cámara baja ayer personificaron las viejas antinomias de las que no se logra salir. Cualquier postura que se asuma ante el caso Patti no logra dar aún con una respuesta razonable a la pregunta que está en el aire: ¿por qué este debate no se dio durante la campaña electoral y se postergó hasta que estuviera consumado el voto popular? Nadie logró explicar por qué no se presentó antes de los comicios -como prevé la Constitución- una impugnación a la candidatura de Patti. Tampoco se habló en profundidad del apoyo explícito que le dio a Patti buena parte del peronismo que hoy apoya a Kirchner.


La postergación de este debate socavó las instituciones e instaló como grave antecedente la arrogancia de una decisión del Congreso por encima del voto popular. Se cae de esta manera en el peligroso facilismo de intentar suplantar una condena política por una condena penal. Y aquí entra en juego una vez más el verdadero papel que le compete a cada poder en un Estado moderno. También sobrevoló ayer la especulación de la oposición respecto del uso político que el Gobierno le pueda dar a este trofeo político. Se mencionó la posibilidad de que Kirchner utilizara en algún tramo de su discurso de la Plaza de Mayo la derrota de un sector al que encuadra como su enemigo: los grupos de centroderecha. De todos modos, cuesta pensar que esta jugada logre un efecto creíble si se tiene en cuenta que varios diputados radicales y del bloque de ARI, que lidera Elisa Carrió, apoyaron la decisión del oficialismo de impedir el ingreso de Patti en la Cámara baja. La fuerte apuesta de Diputados corre el riesgo de dar lugar a la intolerancia y al desatino de las instituciones. Una intolerancia, quizá menor, llevó en los últimos días al kirchnerismo a expulsar de una comisión a la diputada María del Carmen Alarcón por no pensar igual que el Presidente.

Martín Dinatale

Fuente: diario La Nación, Buenos Aires, 24 de mayo de 2006.

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1 thought on “Caso Patti: un país que aún no logra escapar del antagonismo

  1. “imposibilidad de construir un país con la mirada puesta en el futuro y no sólo en el pasado” que estupidez (es lo más suave que me salió) no se lo cree ni el que lo escribe…

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