Calle Rodolfo Muriel: memorias de Rafaela

Por Daniel Pustilnik.- Tuve la suerte ,durante mi niñez, adolescencia y madurez de habitar esa hermosa Ciudad que es Rafaela.

Las cosas de la vida, la necesidad de seguir trabajando en Geofísica (Estudios de Agua Subterráneas en zonas áridas o de monte, que son las que siempre me dieron de comer), los bolsillos flacos – tras años de participar activamente en “política”-dejando mi oficio y financiando la justa lucha con mis ahorros. Tuve que volver a Tostado empobrecido pero orgulloso, retomando la profesión, pagar deudas, recomponer mi economía y la calma perdida ante tanta injusticia. El comienzo de mis denuncias de sobre-precios y planes extorsivos de pago en las Obras Públicas se debieron a múltiples pedidos de Jubilados y gente pobre mostrándome sus recibos y que durante años debían descontar más de la mitad de su jubilación para afrontarlas. Nadie me obligó a irme de Rafaela: al contrario, me retiré cuando estaba recogiendo los frutos. Obran en mi poder diferentes periódicos de la época ( 1979-1990) que dan constancia de mi lucha en pos de una sociedad más justa y solidaria y de las ofertas recibidas eligiendo puestos de los 2 partidos todavía mayoritarios. También de algunos medios que se encargaron de ensuciar o criticar mi actuación en ésa época. Valgan 3 ejemplos entre muchos: la revista Testimonio en Octubre de 1986!, dirigida por el Sr. Carlos Borgna siendo yo dirigente de la Comisión Multisectorial, termina un artículo en su número 86 diciendo “a veces de las cloacas no salen ratas ni se huele a podrido”. (Reconozco que años después me pidió disculpas y yo retiré mi mano injustamente todavía “calentito” por las injusticias). En diciembre de 1986 la revista Cartel (Nº 93 ) en un artículo titulado “Las próximas denuncias de la Multisectorial” además de su bajo nivel, y sátiras de tercera defendiendo al Intendente Muriel hablan de Tostado, la matanzas de “la noche de las mangueras”, etc.(Gracias a la “noche de los bastones largos” de Onganía, como dirigente Universitario en Buenos Aires tuve la suerte de emigrar, estudiar y lavar platos en Francia e Inglaterra). Abreviando: un “diario” de éfimera vida en Rafaela llamado Enfoque el 16 de mayo de 1987 me dedica buena parte de su titular difamándome en sus página 3 y en la 11 se refiere cómo el “insólitamente famoso caracterizado por sus denuncias de charamusca” a quien se disputan tanto el Radicalismo cómo el Peronismo Parrista”. Esto es verdad, pero nunca dijeron que rechacé todas las propuestas. Ya estaba asqueado de las dirigencias políticas y sindicales (en su momento la CGT regional sacó un comunicado lavándose las manos). Parece que nadie sabía que fui uno de los fundadores de la Asamblea por los Derechos Humanos en plena Dictadura, cuando sólo participaban algunos presos Políticos recientemente liberados, los padres o parientes de algún desaparecido y 6 o 7 valientes ciudadanos que se animaron a poner el cuero, a quienes les profeso mi eterno respeto y agradecimiento, sin nombrarlos para no omitir a nadie.- Recuerdo de paso también mi soledad de 2 meses cuando la gesta de Malvinas, donde me criticaban como antipatriota y que muchos dirigentes actuales también tenían la “colita entre las piernas” cuando la Rebelión Carapintada, saliendo debajo de la cama cuando Alfonsín salió con el “felices fiestas, la casa está en orden”. Volviendo al caso Muriel el diario La Opinión en octubre de 1986 me dedica, entre otros un extenso reportaje donde expreso “queremos agua, pavimento y cloacas pero a precios más accesibles (…) calificando como un exceso tremendo estos planes donde muchísima gente debe destinar la mitad o más de sus ingresos para afrontar el pago de obras”, etc. “Finalizando diciendo que el caso merece una investigación”. Las cobardes agresiones recibidas -propuestas indecentes- y las posteriores y cobardes amenazas a la integridad de mis hijos, recién ahora puedo empezar a perdonarlas (me lo está enseñando el papa Francisco). Finalmente y aunque pienso que el ex-Intendente Muriel pudo haber sido usado por delincuentes económicos, avisos y advertencias a tiempo no le faltaron y por tanto fue como mínimo cómplice por omisión de sus deberes de Funcionario Público.

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