Otro gesto político de Rafael Bielsa, otro disgusto para el Gobierno. Resulta que el diputado oficialista volvió a tratar un tema urticante para la Casa Rosada. Así como no se alineó con la reforma del Consejo de la Magistratura, anteayer presentó una carta donde pidió al Gobierno que informe por el despido del periodista “Pepe” Eliaschev, de Radio Nacional. Cerca de Bielsa confirmaron que el ex canciller había enviado una copia de la misiva al secretario de Medios, Enrique Albistur, y otra al presidente del bloque del Frente para la Victoria, Agustín Rossi. También señalaron que la carta se enviará con formato de pedido de informes a la mesa de entradas de la Cámara de Diputados. Anoche, Rossi dijo que desconocía la carta, mientras que en la mesa de entradas el pedido todavía no figuraba. En la Secretaría de Medios evitaron opinar sobre el caso: “Desde aquí no se harán comentarios”. Una persona que conoce como pocos a Bielsa afirmó que el diputado había redactado una carta en la que solicitaba información sobre el despido de Eliaschev, un tema que en el Gobierno nadie quiere abordar.
“Por la libertad de prensa”
Eliaschev fue despedido en la noche del 30 de diciembre, después de conducir su programa y tras una comunicación de la directora de Radio Nacional, Mona Moncalvillo. Públicamente, se habló de “una reingeniería de la programación”. Allegados a Bielsa no difundieron las preguntas que formuló el diputado, pero sí explicaron que la decisión de redactar la controvertida misiva reflejaba “una defensa de la libertad de prensa”. La Nación tuvo acceso a la carta de Bielsa. Ante una consulta, Eliaschev -que había hablado con el ex canciller- confirmó el contenido del texto. Allí, Bielsa se pregunta: 1) “¿Por qué no se le informó a Eliaschev dentro del lapso contractualmente establecido que el programa no saldría al aire en 2006? 2) ¿Por qué se le impidió que se despidiera de su audiencia en todo el país al enterarse luego del último programa que ya no retornaría al aire? 3) ¿Por qué la radio habló públicamente de “reingeniería de la programación”, cuando en verdad el 2 de enero de 2006 Radio Nacional puso en ese horario un programa de emergencia conducido por un periodista especializado en rugby, Claudio Leveroni? 4) ¿Cuál es y cómo se procesa la política de contenidos de Radio Nacional como emisora pública propiedad del Estado? 5) ¿Cómo se maneja, por ejemplo, el negocio de la transmisión del fútbol y cuáles son las erogaciones en que la radio incurre en ese caso? 6) ¿Cuánto le cuesta y cuánto recauda Radio Nacional por la puesta en el aire de otros programas conducidos por figuras expectantes del medio? 7) Al suprimirse un programa periodístico en vísperas de Año Nuevo y del verano, ¿no se está eliminando del aire una opinión periodística largamente establecida y consagrada, que no tiene en el corto plazo posibilidad de reubicarse en otra emisora? 8) Ese hecho, ¿no configura un atentado flagrante a la libertad de prensa, perpetrado desde un medio en manos del Estado contra una producción profesionalmente reconocida, que no implicaba erogaciones estatales?” A pesar de que las preguntas parecen cuestionar el manejo de Radio Nacional, cuya gerencia se dirime en la Secretaría de Medios, allegados a Bielsa negaron que en la voluntad del diputado estuviera generar un conflicto con Albistur, titular del área, o con Alberto Fernández, jefe de Gabinete, que en la práctica es el superior del secretario de Medios. Bielsa no mantiene una buena relación con ninguno de los dos. “No hay ninguna intención de cuestionar el trabajo de nadie. Ante los hechos, Rafael quiere defender la libertad de prensa y por eso hace las preguntas que considera necesarias para ver cómo se conduce un medio de comunicación en manos del Estado”, comentaron al lado del diputado. La incomodidad que genera el caso Eliaschev en el Gobierno desembocó en otro silencio por parte de los funcionarios nacionales. Por eso -¿o por la molestia que les provocó?- nadie respondió a las preguntas de Bielsa.
Fuente: diario La Nación, Buenos Aires, 12 de enero de 2006.