Bergoglio instó a los mayores a “hacerse cargo de los chicos”

En un foro sobre educación, exigió dar respuestas a las necesidades de los alumnos, en un encuentro con 3000 docentes.

Por María Celeste Danón

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El arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, llamó ayer a “hacerse cargo de los chicos” y ocuparse especialmente de aquellos niños que están fuera del sistema escolar, porque “están solos en la calle”. Lo hizo durante la apertura del Foro de Educación 2005, un encuentro para la capacitación de docentes, del que participaron 3200 educadores. “Hay que salir de la escuela omnipotente y de la escuela impotente, que son soluciones falsas. El desafío es ir a lo nuevo, a dar respuesta a lo que necesitan nuestros alumnos”, dijo Bergoglio, ante un auditorio repleto que lo aplaudió de pie. Se trató de la primera aparición pública del cardenal primado tras su regreso de Roma, donde participó y tuvo una actuación relevante en el Sínodo de Obispos, junto al papa Benedicto XVI. En esa ocasión, Bergoglio fue el obispo más votado entre sus pares para representarlos en el Consejo post-Sinodal.

El foro virtual

Las jornadas educativas se realizaron en el auditorio Belgrano, ubicado en Virrey Loreto 2348, pero pudieron ser seguidas por miles de docentes y padres a través de un foro virtual de educación que posee la Vicaría Episcopal de Buenos Aires. Durante la jornada expusieron el teólogo Marcelo González, el historiador Néstor Auza y la especialista en mediación escolar Estela Priore. A partir de la exposición de Bergoglio, se debatió sobre la conflictividad escolar, desde una mirada interdisciplinaria y pluralista. El purpurado trazó una parábola entre la responsabilidad que los docentes tienen hoy en las aulas y el relato bíblico de David y Goliat, en el cual -contra todos los pronósticos- el primero eliminó al segundo con un puñado de canto rodado. “Vengo a compartir con ustedes cinco piedras”, manifestó el cardenal, en un clima de mucha intimidad, alejado del protocolo. Denominó a la primer piedra “hacerse cargo”, y consideró que no hay que asignar a los docentes “armaduras inútiles”. “Muchos padres, frente a una sanción o exigencia cualquiera, en vez de hablar con el hijo se quejan al docente o se ponen en la vereda de enfrente. También hay padres que prefieren que su hijo no moleste y para ellos el sí es más fácil que el no. O hay padres débiles y desorientados, que vienen a cargar su falta de impericia. Pero yo vengo a convocarlos a que se hagan cargo de estos chicos concretos que están en nuestras aulas y escuelas”, reclamó. Como segundo desafío, el cardenal mencionó la necesidad de “buscar nuevas alianzas” para enfrentar la “mediocridad y banalización” e invitó -ésa fue la tercera piedra- a “innovar, arriesgarse entre el marco de seguridad y el riesgo”. También pidió que se generaran nuevos horizontes, para “sintonizar con el corazón de los jóvenes y, así, captar la nueva cultura emergente”. Expresó que un buen docente debe “dejar huella” a través de su testimonio. El mensaje de Bergoglio tuvo un fuerte impacto entre los docentes, que subrayaron su calidez para dirigirse hacia el auditorio. “Las palabras del cardenal nos iluminaron”, dijo Claudio Ramos, profesor del Instituto Arquidiocesano de Formación Docente Nuestra Señora de las Nieves. Para Marcela Pelanda, asesora pedagógica de la Escuela Madre Admirable, sería fundamental trasladar a la escuela sus ideas acerca de que “no se puede educar si se tiene cara larga; educar sin alegría”.

María Celeste Danón

Fuente: diario La Nación, 27 de octubre de 2005.

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