Atlético hizo lo que pudo con un equipo de emergencia

El Celeste igualó 0 a 0 con Chacarita en el partido pendiente de la primera fecha del Apertura de la B Nacional. El equipo tuvo muchas bajas y el funcionamiento volvió a ser deficitario. Además, le volvieron a expulsar a un jugador: Gabriel Christovao.

Por Germán Sánchez

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¿Era necesario esperar hasta 20 minutos antes que comience el partido para saber que no podía jugar Alejandro Castro? ¿O esperar hasta ese momento para avisarle al pibe Lucas Aveldaño que iba a jugar de entrada y encima de volante? ¿Era necesario exponerlo nuevamente a Christovao al ridículo de tener que pasarse el partido tomando de la camiseta al enganche adversario, tal como ya ocurrió el viernes pasado? ¿Era necesario seguir poniendo a García como enganche y tirarlo a Darío González como volante por derecha, es decir en posiciones en las que no están cómodos? ¿Era necesario mantener a rajatabla esa idea de hacer persecución individual con algunos jugadores, teniendo en cuenta que estaban ausentes tantos titulares? ¿Era necesario que otro jugador se haga expulsar tontamente? Depende del lado con que se mire, se contestará sí o no. Para un hipotético sí, no hay a la vista grandes argumentos. ¿El cansancio? Mmmmm, no. Marcelo Barovero cuando salió del vestuario después de la goleada del viernes, aseguró que no se puede hablar de cansancio cuando apenas se jugaron 8 de 38 fechas que tiene la temporada. Y lo dice alguien que está adentro. ¿Las lesiones? Se puede decir sin poder refutar que 5 potenciales titulares están afuera por esa causa. Pero en realidad, la lesión es un efecto y no una causa. Evidentemente hay otros factores que causan las lesiones, porque si en el octavo partido están así, a la fecha 15 del Clausura no llega nadie en pie. ¿Las expulsiones? Ayer tibiamente el técnico deslizó que es algo sobre lo que se habló y que se intenta corregir. En 8 fechas Atlético lleva 5 expulsados y 20 amonestados. Y basta solamente con recordar las causas de esas expulsiones para entender que la mayoría fueron por desatinos de los jugadores. Aquilino Villalba y Darío González vieron la roja en el mismo partido por faltas descalificadoras y evitables. Iván Juárez por prenderse en una discusión con un rival. Y ayer Christovao por reclamar una falta que había cometido un compañero. Solamente Emanuel Giménez recibió la segunda amarilla por evitar un contragolpe con destino de gol. Difícilmente se puede entrar en un análisis del partido de ayer, porque Atlético estuvo lejos de ser un equipo. Apenas un grupo que juntó 11 firmas en la planilla y poco más. Con 7 profesionales (todos potenciales titulares) en la platea viendo el partido, no se podía esperar otra cosa. Y por eso tantos interrogantes. Da la sensación que individual y colectivamente los jugadores se habrían sentido más cómodos con otro sistema. Claro, se podrá decir, que es discutible. Pero probablemente Reynoso habría estado más tranquilo jugando de líbero con una defensa de 4 hombres. O Aveldaño jugando con una marcación en zona. O Carlos Fragata podría haber sido mejor aprovechado. Lo mismo que González y García. De todas maneras, siguió el mismo esquema y la misma falta de ideas, que no viene del encuentro con Huracán de Tres Arroyos. Atlético empató y punto. Con un equipo emparchado, preocupantemente diezmado. Y que sigue sin aprobar el examen de la identidad futbolística. Para colmo ahora tampoco le sobran los resultados a favor. Demasiado viento en contra como para pensar que este Atlético pueda estar peleando arriba.

Germán Sánchez

Fuente: diario La Opinión, Rafaela, 29 de setiembre de 2005.

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