Angel Monguzzi: “lo reconozco, soy un enamorado del óvalo de Rafaela”

Angel Rubén Monguzzi sigue planteándose desafíos. “Mi próximo objetivo lo tengo claro, quiero festejar mis cincuenta años en el automovilismo corriendo”, expresa con total naturalidad el actual piloto de la Copa Mégane. El “Negro” no solamente es un apasionado del deporte motor, sino también del golf, que sigue practicando en “un nivel interesante”, según reconoce. Pero además, le destina un tiempo importante a su compromiso dirigencial, desde la presidencia del Córdoba Automóvil Club, que en su gestión viene realizando “un esfuerzo muy grande” para que hoy el autódromo “Oscar Cabalén” luzca renovado. No disimula sus sentimientos a la hora de instalarse como tema de diálogo el referido al autódromo local.

Por Víctor Hugo Fux

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-¿Querés ingresar al libro Guinness de los récords? -No, simplemente, me he planteado como objetivo festejar mis cincuenta años en el automovilismo corriendo, y por ese motivo, esta temporada voy a seguir en la Copa Mégane.

-¿Cómo te sentís corriendo junto a los jóvenes? -Realmente, de lo mejor, porque ellos me hacen sentir de esa manera. Son muy buenos pilotos, pero por sobre todas las cosas, excelentes personas. Cuando se acercan, yo intento transmitirle los conocimientos que he logrado recoger en tantos años como piloto. Pero también mis experiencias de vida.

-Después de cinco décadas en la actividad, ¿el automovilismo te sigue generando la misma adrenalina? -No sé si en la misma proporción, pero seguro que uno tiene esa sensación cada vez que se sube al auto para salir a pista. Seguramente el ritmo cardíaco no se acelera de la misma forma que cuando uno tenía veinte años o cuando manejaba autos de gran potencia, como un monoplaza de ocho cilindros o un Porsche 917, pero siempre es apasionante.

-¿Te considerás un referente de la época dorada de la Mecánica Argent- ina Fórmula 1? -Creo que sí, porque tuve la suerte de ganar varias carreras y también un campeonato. En aquella época, para ser considerado un piloto con todas las letras, tenías que ganar las “500 Millas Argentinas” o un Gran Premio, que eran las competencias más importantes de cada temporada. Yo sentí, después de mi primera victoria en Rafaela, que empezaron a reconocerme y a respetarme más.

-¿Hoy se podría correr en el óvalo de Rafaela? -Por supuesto, estoy totalmente convencido. Además, el TC 2000 lo demostró cuando lo hizo, ofreciendo un espectáculo maravilloso. Es un circuito donde existen los riesgos, pero de ninguna manera debe ser considerado más peligroso que otros escenarios que hoy se utilizan, como el callejero de Punta del Este, por ejemplo, donde se está girando casi permanentemente al límite y entre muros de cemento.

-¿Si no es el TC 2000, que categoría podría usar el óvalo? -Cada vez que hablamos del tema, digo lo mismo. Yo organizaría una carrera para cualquier tipo de máquinas. En tono de broma, te podría decir: el que se quiera anotar con un avión, que lo haga, y el que lo quiera hacer con un camión también. Pero, hablando en serio, yo creo que habría que buscarle la vuelta para que puedan correr autos de una potencia importante por las características del trazado. De esa manera se garantizaría un muy buen espectáculo, como el que siempre añora la gente de nuestra generación. Lo reconozco, soy un enamorado del óvalo de Rafaela.

-¿Qué representa en tu vida el nombre de Rafaela? -Muchísimo, no solamente por todo lo que ha representado en mi traye- ctoria en el automovilismo, sino porque es además una ciudad en la que tengo grandes amigos.

-¿Seguís jugando al golf? -Sí, hace 15 minutos terminé de jugar con el “Gato” -Eduardo Romero- y realmente, creo que lo estoy haciendo bastante bien. Hasta te podría decir, en un nivel interesante. Me resulta tan cómodo salir a la cancha del Córdoba Golf Club, que es más o menos como subirme a la terraza de mi casa.

-¿Qué análisis hacés de tu gestión al frente del Córdoba Automóvil Club? -Entiendo que esta comisión está haciendo bien las cosas. Hemos trabaj- ado mucho para recuperar un gran autódromo como el “Oscar Cabalén”, que estaba bastante caído. Hoy te puedo decir que tenemos las comodidades y los servicios necesarios para recibir a 120 autos. Eso, para nosotros, era una prioridad. Ahora, evaluamos la posibilidad de extender el perímetro del circuito en algo más de quinientos metros, para que también pueda venir el Turismo Carretera. Es un desafío muy importante en lo económico, pero creo que estamos en condiciones de afrontarlo y de hacer realidad ese sueño.

-¿Manejamos tan mal los argentinos o somos imprudentes en las rutas para que ocurran tantos accidentes? -No creo que manejemos tan mal como para ocasionar tantos accidentes. Pero estoy convencido que un porcentaje muy alto de los automovilistas, cuando toman el volante, se sienten un Matías Rossi en potencia. Y es ahí cuando se desafían los límites y se asumen riesgos innecesarios, que lamentablemente, en la mayoría de los casos, provocan tragedias. La imprudencia es la causante de la mayor cantidad de los accidentes, sin ningún tipo de dudas. Cada vez que me consultan sobre el tema, yo les dejo el mismo consejo, que no es de mi creación, pero que se ajusta a esta realidad tan preocupante que hoy estamos padeciendo: es preferible perder un minuto en la vida y no la vida en un minuto.

Víctor Hugo Fux

Fuente: diario La Opinión, Rafaela, 28 de enero de 2008.

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