“Un alegre periodista”

Se realiza una conferencia internacional sobre Gilbert K. Chesterton en Argentina, un agudo escritor y polemista inglés que aprovechó sus extraordinarias dotes al servicio de la fe católica y de la sociedad.

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Gilbert Keith Chesterton nació el 29 de mayo de 1874 en el barrio londinense de Kensington. Murió el 15 de junio de 1936. Criado en una familia burguesa de ideas liberales, tuvo una educación atípica y fue un intelectual de su generación. Estudió en la escuela pública Saint Pauls, en la que se dedicó a dibujar “ángeles y demonios” en los libros de texto, y dos o tres años en la Slade Art School, donde pasó su tiempo sumergiéndose en la bohemia artística y escribiendo `poesías en lugar de pintar cuadros.

Desde los 12 años

Escribió toda su vida –se conservan obras suyas realizadas desde los 12 años, cuando ganó un concurso de poesía escolar sobre San Francisco Xavier, tema insólito para un niño educado en un vago agnosticismo de raíz protestante-, hasta artículos, reportajes y ensayos en los principales periódicos ingleses, desde el fin de la era victoriana hasta las vísperas de la Segunda Guerra Mundial. Su última colaboración en la prensa apareció el día anterior a su muerte, el 14 de junio de 1936. Su enorme producción literaria llena más de 50 volúmenes de las obras completas que está publicando la Ignatius Press de San Francisco desde hace diez años, y abarca una amplitud de tema: novela, poesía, teatro, crítica literaria, ensayo filosófico, cuentos policiales y biografías, apologética y versos para niños. A pesar de ello, nunca quiso ser considerado otra cosa que “un alegre periodista”. Fue un formidable polemista que usó sus extraordinarias dotes al servicio de la fe católica, la defensa de los pobres, la reforma de la política y de la economía, la tradición cristiana europea, la sabiduría popular, los cuentos de hadas, el sentido común. Discutió con todos sobre cualquier tema, con la única y notable excepción del conocido satanista Alastair Crowley, quien lo buscó en vano para un debate que Chesterton siempre rehuyó.

Poeta y político

Poeta de finísima sensibilidad y rica imaginación, combatió la plutocracia y la corrupta política de su tiempo, interviniendo activamente desde la prensa en la denuncia del sonado escándalo Marconi, dentro del gobierno liberal de Lloyd George. Fundó con su gran amigo Hilaire Belloc la Liga Distributista, asociación dedicada a promover mediante su división y reducción a una escala humana, tratando de seguir la doctrina social de la iglesia. Sus ideas tuvieron una amplia difusión dentro y fuera de Gran Bretaña y todavía influyen en el pensamiento económico católico de círculos europeos, americanos y australianos. La esencia del pensamiento de Chesterton sobre la cuestión social aparece reflejada n la colección de ensayos que publicó con el título The Outline of Sannity (en la Argentina lo editó Emecé bajo el nombre El perfil de la cordura, en 1952).

Dios y la verdad

Amó profunda y apasionadamente a Dios y a la verdad, al hombre y a las cosas y a este mundo que siempre vivió con la mirada asombrada y agradecida de un niño. Pero eso y por su profunda humildad y su bondad sin límites, nunca tuvo enemigos y sus más tenaces opositores fueron sus mejores amigos, como H.G.Wells y Bernard Shaw. Autores tan desencantados como Kafka llegaron a decir de él “¡Es tan feliz! ¡Casi puedo creer que ha encontrado a Dios!”. Y dentro de la Rusia soviética, en la que sus libros circularon ampliamente en publicaciones clandestinas, era llamado “el maestro de esperanza”.

Fuente: Cristo Hoy, del 8 al 14 de septiembre del 2005.

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