“Predomina el odio y la indiferencia más que el amor”

Es la visión de René Trossero durante una entrevista. Brindó una charla sobre “El desafío de convivir amando” en el Instituto del Profesorado, organizado por la UMTE. Es psicólogo y autor de 39 libros y 41 folletos. Nació en Galisteo hace 80 años y vive en Buenos Aires.

Por Emilio Grande (h.)

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“La realidad social que vivimos que tiene la base en la experiencia de no amarnos con todas las secuelas que todos conocen y con la propuesta de afrontar el desafío de que aprender a amarnos es posible para revertir el actual curso de la historia y de la convivencia humana”. El que así reflexiona es René Trossero, quien a los 80 años sigue escribiendo libros, es psicólogo y filósofo. Su vida fue cambiante: nació en Galisteo, fue criado en Ataliva y Humberto I, vivió 30 años en la ciudad de Santa Fe donde estudió sacerdocio en el seminario de Guadalupe, y desde hace unas tres décadas se radicó en Buenos Aires y se casó con Rosa Yacob. Ya escribió 39 libros y 41 folletos, entre los más conocidos “No naufragues en la enfermedad y en el dolor”, “Educar y vivir educadamente”, “Cuentos, fábulas y valores”, entre otros. El que más alegría le dio es “No te mueras con tus muertos”, ya que se editó 43 veces, siendo traducido al portugués, alemán y español para los residentes en Estados Unidos. -¿Cómo diagnostica la convivencia humana? -Para mí está lamentable, yo mido el valor y la realidad de la convivencia humana de acuerdo al grado de amor con que se comparte. Hoy veo que predomina la indiferencia y el odio mucho más que el amor, basta mirar un programa de televisión o leer un periódico y sobran pruebas, lo cual no dificulta que existan las realidades del amor auténtico entre las parejas que conviven amándose, las personas que desde la política se sacrifican al servicio del pueblo que deben ser el 1 por millón; yo quiero ser honesto y quiero en una de esas personas que aporta algo para cambiar al mundo con un poco de más amor, si eso no fuera cierto yo no estaría acá ahora. -¿Cómo amar en una sociedad materialista, egoísta y consumista? -Son expresiones del no amor a uno mismo y al otro. El amor es una moneda de dos caras de la misma dimensión, cuando yo estoy acá es porque quiero a la gente no estoy olvidando de mí o dejándome de amar, al contrario estoy dando a mi la oportunidad de crecer con amor. -¿Cómo se fundamenta esta mirada de amor desde lo humano o también desde lo religioso? -En mí tiene un fundamento cristiano. Yo fui sacerdote 20 años, he dejado de serlo por un montón de razones que no interesa explicar ahora, pero no ciertamente por haber dejado de creer en Jesús de Nazareth, de quien aprendí no tanto a practicar la religión sino a amar al prójimo. Si estás por hacer tu ofrenda en el altar y te acuerdas que tu hermano tiene una queja contra ti, deja la ofrenda, vete a reconciliarte con tu hermano y luego ven a hacer la ofrenda. Le dio prioridad al amor ante cualquier gesto religioso. Aprendí que para vivir bien y ganar la vida eterna hay que amar al prójimo como a vos mismo. -Es fácil amar a los amigos, pero lo que es más difícil es amar a los enemigos que te ofenden y rechazan… -El amor tiene dos caras: una afectiva y otra efectiva. Jesús tuvo dos gestos de bronca espantosa con la gente. A los escribas y a los fariseos los insultó, les dijo sepulcros blanqueados, raza de víboras, y cuando los mercaderes del templo lo convirtieron en un negocio para vender animales, volteó las mesas, pateó todo y ustedes hacen de la casa de mi padre una casa…, pero yo creo que amaba a las personas porque lo hacía para su bien. Una experiencia personal: el portero de casa tenía las llaves del departamento, en una ausencia nuestra nos robó unos cheques que me habían dado de la editorial y mi mujer iba a depositar al banco. Una vez presentados los cheques en el banco que se cobraron, empecé a averiguar y comprobé que era el encargado del edificio para que entregara las llaves y luego le dije que me había robado los cheques y que se fuera de casa. A los pocos días me toca el timbre y era el mismo que quería hablar conmigo, para decirme que no había conseguido trabajo y no tengo plata para comer, volví a buscar algo y se lo di. No me pidas que sintiera amor tierno por alguien que me robó, pero es una persona para la cual yo quería su bien. -Hoy la juventud no se compromete a formar vínculos duraderos como el amor matrimonial, estamos en una crisis de la posmodernidad. -Antes de hablar con los jóvenes les quiero pedir perdón porque soy un adulto y aunque no me dediqué a hacer las cosas peores de alguna manera algo dejé de hacer, o soy cómplice con los adultos que le dejamos este mundo en el cual tienen que vivir. Sos víctima de lo que estamos haciendo los adultos después nos quejamos que la adolescencia está mal, pero son el resultado de lo que nosotros hicimos, pero les pido a los jóvenes que sean responsables de sus actos y busquen modificar esta realidad.

Emilio Grande (h.)

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