¿Lo de Borocotó es la nueva política?

Por Emilio J. Grande

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Relacionado con las elecciones legislativas del 23 de octubre último, dos hechos conmocionaron al pueblo, con coletazo y perplejidad que trascendieron las fronteras para que el mundo compruebe hasta qué punto de desvergüenza ha caído la política en la Argentina. Menos de veinte días después del citado comicio, el gobernador de La Rioja, Carlos Maza, renunció a la banca de senador nacional para la que había sido electo y Eduardo Lorenzo Borocotó, consagrado diputado nacional por Propuesta Republicana de Mauricio Macri cambió de camiseta para sumarse -dijo- “a las ideas del gobierno”, tras una entrevista de más de una hora con el presidente Kirchner y el jefe de gabinete, Alberto Fernández. Lo de Maza no extrañó demasiado porque sin empacho para estafar y defraudar al electorado riojano, se prestó para vencer al ex presidente Carlos Menem, a cambio de seguir al frente de la gobernación pero sin sufrir recortes presupuestarios y mantener otras ayudas del poder nacional, acotando a la vez que la banca a la que renunció la ocupará su hermana Ada Maza, cayéndose una vez más en algo arraigado en este país de políticos sin escrúpulos e ignorantes de toda ética: el nepotismo. Lo de Borocotó es más grave porque con su actitud deshonra la memoria de su padre, un gran periodista de la revista “El Gráfico”, que durante su extensa trayectoria inculcó a muchas generaciones la rectitud de principios en cualquier actividad de esta vida terrenal. El presidente Kirchner martilla su prédica de ser el instaurador de una nueva política en la Argentina. Sin embargo en los hechos no parpadea en la compra de conciencias, que eso hace y no otra cosa en su afán de sumar poder, para incorporar a sus filas figuras de la oposición, sean intendentes de variada extracción, dirigentes radicales y peronistas, y esto que nos ocupa en relación al gobernador Maza y el diputado Borocotó, estos que sin ruborizarse traicionan y estafan a los electores que obraron de buena fe. Otra prueba de que hoy se pregona una nueva política y en la práctica siguen las viejas mañas y vicios que irritan a la ciudadanía. Sería extensa la nómina para argumentar lo que se expresa, pero bastará con la síntesis de que los privilegios y prebendas que Kirchner prometió abolir, siguen teniendo plena vigencia y con agregados, sumando miles de millones de pesos en gasto público que benefician a pocos (los políticos) y perjudican al sector trabajador que sufre todo tipo de trabas gravosas en lugar de ser alentado. Algún caso puntual. Mientras el Congreso de la Nación y las legislaturas porteña y provinciales siguen manteniendo un exceso increíble de empleados, el presupuesto nacional es mezquino para destinos que sí beneficiarían al país en educación, seguridad, ciencia, cultura y bienestar social, con un ejemplo lacerante sobre este último rubro, ventilado en los últimos días: sólo 50 (cincuenta) centavos per cápita para comedores de escuelas rurales de las provincias más pobres. Presidente Kirchner: ¿son logros de su nueva política las estafas de Maza y Borocotó y los cincuenta centavos diarios para alimentar a nuestra niñez hambreada, mientras siguen cobrando “ñoquis” y jefes de hogar sin trabajar?

Emilio J. Grande

El autor es periodista y ex director del diario La Opinión de Rafaela. Envió este artículo especialmente a la página www.sabado100.com.ar.

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